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May 15, 2020 admin Automotriz, Más Industria 1
Flavio Volpe, presidente de la Asociación de Fabricantes de Autopartes de Canadá (APMA por sus siglas en inglés), y Pia Orrenius, vicepresidenta del Banco de la Reserva Federal de Dallas, Estados Unidos, coincidieron en que las razones de costos se van a imponer y no será fácil trasladar en masa las plantas manufactureras establecidas en México hacia Estados Unidos o Canadá para salvar las cadenas de abastecimiento de industrias como la automotriz o la aeronáutica.
CIUDAD DE MÉXICO (14/05/2020).- América del Norte prepara la reapertura de su economía tras la cuarentena por la pandemia del COVID-19, sin embargo el resultado que tenga la reactivación productiva para las empresas manufactureras de la región dependerá de qué tan eficientes sean México, Estados Unidos y Canadá para coordinarse en el restablecimiento de las cadenas de suministro.
Si bien una opción para “desatorar” la proveeduría de partes componentes de México hacia Estados Unidos consiste en la relocalización de empresas, finalmente las razones de costos se van a imponer y no será fácil trasladar en masa las plantas manufactureras establecidas en México hacia Estados Unidos o Canadá para salvar las cadenas de abastecimiento de industrias como la automotriz o la aeronáutica, coincidieron Flavio Volpe, presidente de la Asociación de Fabricantes de Autopartes de Canadá (APMA por sus siglas en inglés), y Pia Orrenius, vicepresidenta del Banco de la Reserva Federal de Dallas, Estados Unidos.
“La relocalización tiene sus límites”, insistió Pia Orrenius, al destacar que las cadenas globales de suministro han demostrado su vulnerabilidad ante fenómenos inesperados como las pandemias, por lo que es imperativo fortalecerlas.
Aproximadamente 10% de la economía de América del Norte está relacionada con la industria automotriz y de autopartes”, de ahí la importancia que este sector reanude labores a la brevedad. Sin embargo,
los tres países ―México, Estados Unidos y Canadá― tienen que estar alineados, de otra forma no podemos continuar,aseguró Flavio Volpe.
En 26 años de vigencia, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) ha provocado tal grado de integración comercial y productiva en la región, que actualmente 40% de las importaciones de insumos y componentes de la industria manufacturera de Estados Unidos proviene de México, en tanto que una proporción de 25% procede de Canadá. En cambio, solo 4% de las importaciones de bienes intermedios es fabricada en China.
Lo anterior pone en evidencia “una fuerte dependencia en las cadenas de suministro de los tres países”, por lo que en esta coyuntura “se debe hacer un retorno coordinado de la economía”, insistió Pia Orrenius.
Los manufactureros deben cabildear por su causa
En un seminario virtual, acerca del impacto del COVID-19 en las cadenas de suministro, Flavio Volpe y Pia Orrenius coincidieron en que si bien México, Estados Unidos y Canadá han enfrentado la pandemia en diferentes tiempos, el impacto de la enfermedad ha causado estragos visibles en sus respectivas economías.
El Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos se contrajo 4.8% en el primer trimestre de 2020 y prevé una caída de 5.7% al cierre del año. En tanto que el PIB de México se contrajo 2.4% en el primer trimestre y anticipa un descenso de 7% al cierre de 2020. Asimismo, el PIB de Canadá disminuyó 2.6% en el primer trimestre y tiene un pronóstico de retroceder 6.2% al concluir el año.
Otro indicador preocupante son los precios del petróleo, que han caído a niveles promedio de 25 dólares por barril, lo que provoca volatilidad en el mercado de los energéticos, afecta los ingresos de las empresas petroleras y, en el caso de México, también compromete a las finanzas públicas.
Ante este panorama, la región de América del Norte tiene el desafío de despertar sus economías de la cuarentena y de hacer trabajar a sus empresas para salvarlas de la recesión.
Emilio Cadena, director general de Grupo Prodensa ―empresa mexicana de servicios de consultoría para la industria manufacturera―, celebró el anuncio del gobierno mexicano en el sentido de reanudar la economía del país de forma gradual, a partir del próximo lunes 18 de mayo, lo que permitirá armonizar al país con las aperturas de empresas ya programadas para las próximas semanas en Estados Unidos y Canadá.
“La interdependencia entre los tres países nunca había sido más evidente” como ahora, refirió el empresario que también participó en el seminario virtual. Sin embargo, Emilio Cadena hizo ver que las solicitudes que hicieron empresarios de Estados Unidos al gobierno mexicano, sobre la necesidad de reanudar las labores de industrias esenciales como la automotriz y la aeronáutica, reveló una falta de coordinación entre los gobiernos de los tres países para atender la crisis sanitaria y al mismo tiempo darle continuidad a la dinámica económica de la región.
Para evitar que vuelva a pasar, el empresario propuso que las industrias manufactureras de los tres países hagan cabildeo con las autoridades de la región, para sensibilizarlas sobre la importancia de mantener activo el suministro de proveeduría en América del Norte, independientemente de las crisis que se presenten.
Posponer reglas de origen de automotriz
En lo que se restablecen las labores de todas las empresas y de todas las ramas de actividad, conforme a los calendarios de cada país, los tres especialistas que participaron en el seminario coincidieron en que la entrada en vigor del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) ―resultado de una serie de reformas que se hicieron al TLCAN― constituye otro desafío para el funcionamiento de la industria manufacturera de la región.
Tentativamente el T-MEC entrará en vigor el próximo 1 de julio, sin embargo Pia Orrenius advirtió que los cambios a las reglas de origen de la industria automotriz ―que elevan el contenido regional de 62.5% a 75%― pueden complicar en este momento las operaciones de los fabricantes.
Flavio Volpe coincidió en que las nuevas reglas de origen para la industria automotriz que prevé el T-MEC pueden representar dificultades para algunas armadoras, específicamente en lo relativo al componente laboral, ya que del 75% de contenido regional, una proporción de 40% tendrá que provenir de componentes producidos por empleados que ganen salarios de al menos 16 dólares la hora. Sin embargo, el representante empresarial matizó que el nuevo Tratado establece un periodo de gracia de tres a cinco años para que las armadoras se puedan adaptar.
Aún así, Flavio Volpe consideró preferible que las reglas de origen de la industria automotriz se pospongan para otro momento.
Sobre la posibilidad de que México pudiera perder competitividad para la industria automotriz en el corto o el mediano plazo y de esa manera provocar la estampida de empresas, el representante canadiense descartó ese escenario al considerar que los costos de producción del país son favorables para el desarrollo del sector en toda América del Norte.
Flavio Volpe, presidente de la Asociación de Fabricantes de Autopartes de Canadá (APMA por sus siglas en inglés), y Pia Orrenius, vicepresidenta del Banco de la Reserva Federal de Dallas, Estados Unidos, coincidieron en que las razones de costos se van a imponer y no será fácil trasladar en masa las plantas manufactureras establecidas en México hacia Estados Unidos o Canadá para salvar las cadenas de abastecimiento de industrias como la automotriz o la aeronáutica.
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La Industria Aeroespacial sigue despegando en estados como Guanajuato, nuestra especialista Silvia Ortiz de Vanguardia Industrial, nos explica la detonación de este sector en #NoticiasW con #VeroMéndez pic.twitter.com/itZ8boXKcU
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One thought on “Covid-19: Relocalización de empresas no es viable por razones de costos”