México necesita soberanía en vacunas y medicamentos: UNAM

Abr 05, 2021 admin Dispositivos Médicos, Más Industria 0

Y para lograrlo se requiere una política industrial que fomente la manufactura de estos productos en el país, además debe haber cuadros capacitados en el sector normativo y una “infraestructura habilitante” para alcanzar el objetivo, afirmó el Director del Instituto de Biotecnología de la UNAM, Tonatiuh Ramírez, mientras que el VP de la Concamin, Guillermo Funes, consideró que la industria farmacéutica nacional es estratégica, prioritaria y emergente, y por este motivo el gobierno federal debe de apoyarla.

El Director del Instituto de Biotecnología de la UNAM, Octavio Tonatiuh Ramírez, calificó como “hazaña extraordinaria” el desarrollo en pocos meses de la vacuna contra el covid-19, carrera en la que México quedó fuera. (Foto: Vanguardia Industrial)

Por: Blanca Soria

CIUDAD DE MÉXICO (05/03/2021).- El progreso de la tecnología a nivel mundial ha permitido que la humanidad lleve a cabo una “hazaña extraordinaria” con el desarrollo en pocos meses de la vacuna contra el coronavirus o Covid-19, carrera en la que México ha quedado fuera, igual que cuando se perdieron oportunidades para la industria farmacéutica del país cuando se presentó en 2009 la pandemia de influenza A H1N1, planteó el Director del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Octavio Tonatiuh Ramírez Reivich.

Como participante en el panel “Vacuna anti Covid-19: Reto a la Industria y a la Economía Mundial”, el titular de este instituto, explicó, para quienes no están familiarizados con el tema; normalmente, “para llevar una vacuna o un medicamento al mercado requieres 10, 15 o más años”.

De hecho, refirió, “hay enfermedades virales emergentes que a partir de que se identificó el patógeno (correspondiente) han requerido más de un siglo para tener una vacuna, como es el caso del dengue o como el caso de la fiebre hemorrágica o del ébola, que han requerido más de medio siglo”.

La “gran hazaña” de la vacuna contra el Covid-19

Luego de decir que en comparación con esos casos, “apenas a tres meses de identificado el brote del Covid-19, ya se tenían en fases químicas muy avanzadas distintos candidatos bacteriales”, Tonatiuh Ramírez puso como ejemplo el caso de la penicilina, que “aunque no es una vacuna, recorrió un largo camino para convertirse en un medicamento al alcance de la población mundial”, pues a pesar de que fue descubierta por Alexander Fleming en 1928, no fue sino hasta 1941 cuando se aplicó por primera vez salvando la vida de un paciente y salió a la venta “como una droga milagrosa” a finales de la Segunda Guerra Mundial, en mayo de 1945, sólo en algunos países del mundo.

Cuando se incorpora la industria y la parte de la innovación (al proyecto de producir la penicilina), los rendimientos empiezan a subir y el precio empieza a bajar: 200 dólares por el millón de unidades y para el siglo XXI tenemos que la penicilina cuesta unos cuantos centavos el millón de unidades, se produce a más de 50 gramos por litro y producimos en el planeta más de 36 mil toneladas por año.

Destacó que la importancia del “paradigma de la penicilina” es que “detonó una nueva forma de pensar: en aquél entonces los farmacéuticos pensaban que todas las medicinas se tenían que producir por vía química, se demostró que la biotecnología era una vía fabulosa para producir medicamentos de mucho más valor agregado y con eso se estableció el florecimiento de los bioprocesos”.

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