Última actualización noviembre 21st, 2024 12:01 PM
La interrupción del suministro de autopartes desde Ucrania ya impactó a la industria automotriz con el cese de actividades en varias plantas, pero las implicaciones van más allá al involucrar productos de origen ucraniano como acero, níquel y cobre, además del gas neón del que un 60% del consumo mundial se refina en Ucrania y cuya materia prima proviene de Rusia, al igual que el paladio, indispensable para los catalizadores de los motores a combustión interna.
CIUDAD DE MÉXICO (16/03/2022).-Desde que Donald Trump inició la guerra comercial de Estados Unidos contra China, la industria automotriz se dio cuenta de la vulnerabilidad de sus cadenas de suministro. La pandemia le agregó el caos de los contenedores que nunca están donde se necesitan, y el de los chips que misteriosamente, ya no están disponibles.
La guerra que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, desató en Ucrania tampoco estaba prevista en la gestión de riesgos de las empresas, aunque algunos dirán que el mandatario ruso tiene algún tiempo publicando sus intenciones. El conflicto tiene un impacto doble para la industria automotriz. Por un lado, interrumpe el suministro de autopartes que algunas armadoras europeas compran en Ucrania, donde hay una veintena de empresas que utilizan a este país de Europa Oriental como una base de producción de bajo costo. El otro aspecto de la crisis es más complicado: la decisión de seguir participando o no, en el mercado ruso.
La interrupción de suministros desde Ucrania ya tuvo impactos concretos en la industria automotriz de Alemania. Volkswagen, Porsche y BMW han tenido que suspender producción en algunas plantas, en el caso de BMW están afectadas todas las fábricas en Europa. El principal insumo que falta son los arneses que la empresa Leoni fabrica en sus dos plantas ucranianas, que ocupan a 7,000 personas. Fujikura y Prettl están en el mismo caso. Skoda, que es parte del Grupo Volkswagen, ha tenido que cerrar su operación de ensamble en Ucrania, y también enfrenta problemas de suministro para sus plantas en la Republica Checa.
Si el tema se reduce al suministro de las autopartes que se producen en Ucrania, seguramente en pocas semanas se podría superar. Pero las implicaciones del conflicto van mucho más allá. Hay otros productos que se fabrican en Ucrania que pueden impactar a la industria automotriz. La fabricación de aceros de la planta de Arcelor Mittal en Ucrania ya se detuvo. Hay una serie de metales como níquel y cobre que también vienen de esa región. Un caso que llama la atención es la refinación de gas neón, que se usa en la litografía de los famosos chips. De este gas, cuya materia prima viene de Rusia, se refina un 60% del consumo mundial en la ciudad ucraniana de Odessa.
El tamaño real del problema se dimensiona cuando incluimos a Rusia en el panorama. Las relaciones comerciales e industriales con el país agresor se van a ver afectadas, y en muchos casos, impedidas. Rusia sí es un mercado interesante para los automóviles, con ventas anuales de aproximadamente 1.5 millones de vehículos. Es mucho más relevante que Ucrania, donde las ventas apenas llegaban a 100,000 autos por año. Por lo tanto, la presencia automotriz en Rusia sí involucra a varios actores de la industria internacional. El liderazgo del mercado, con un 30%, lo tiene Lada en alianza con Renault y Nissan. El fabricante de estas marcas, AutoVAZ, opera la fábrica automotriz más grande del mundo en la ciudad rusa de Togliatti, a orillas del río Volga, no muy lejos de Ucrania. Esa planta ha llegado a producir más de 1 millón de autos, muchos de ellos destinados a la exportación. Renault mantiene una importante participación financiera y tecnológica en AutoVAZ.
Otro actor afectado podría ser el Grupo Hyundai-Kia, con una participación de mercado de más de 22% y 370,000 autos vendidos en 2021. Hyundai opera una planta en San Petersburgo, que ya tuvo que suspender producción por falta de insumos. En la misma situación está el Grupo Volkswagen, con 10% del mercado con sus marcas Skoda y Volkswagen que se ensamblan en dos plantas rusas. También fabricantes de camiones como Daimler y Volvo han anunciado el cese de sus actividades.
Las empresas norteamericanas GM y Ford se retiraron de Rusia hace un par de años. Cerraron sus plantas argumentando baja rentabilidad y han mantenido sólo una operación comercial muy reducida. Si la industria automotriz europea se retira de Rusia, probablemente le abre la puerta a las marcas chinas, que están ansiosas de expandirse a mercados internacionales.
Las sanciones sobre Rusia van a hacer casi imposible mantener operaciones en esa nación para países occidentales, cuando las líneas de suministro se interrumpen y por el otro lado, no se garantizan los pagos de importaciones y exportaciones. A las autopartes faltantes de Ucrania se agregarán las que se fabrican en Rusia. También aquí, empresas como Bosch, Leoni y Magna mantienen operaciones importantes.
Y además están las materias primas que Rusia produce. Aparte del caso del neón, está el paladio, un componente indispensable para los catalizadores de los motores a combustión interna.
Pero quizás el paladio deje de ser relevante en la medida en que la industria europea se enfoca cada vez más en los autos eléctricos. La dependencia de Europa de los combustibles fósiles provenientes de Rusia sin duda genera presión para acelerar la transformación energética hacia energías renovables, y con ello a un nuevo modelo de negocio para la industria automotriz más enfocado a las nuevas tecnologías.
Con información de Autoblog, Automotive News, Automotive Logistics, MarkLines y Manager Magazin.
NOTA* Este artículo forma parte del contenido de la Edición de Marzo de la Revista Digital B2B de Vanguardia Industrial.
La interrupción del suministro de autopartes desde Ucrania ya impactó a la industria automotriz con el cese de actividades en varias plantas, pero las implicaciones van más allá al involucrar productos de origen ucraniano como acero, níquel y cobre, además del gas neón del que un 60% del consumo mundial se refina en Ucrania y cuya materia prima proviene de Rusia, al igual que el paladio, indispensable para los catalizadores de los motores a combustión interna.
Trabajó en Volkswagen de México en diversas posiciones ejecutivas durante 37 años. Implementó los procesos de gestión de Gobernabilidad, Riesgo y Cumplimiento en la empresa. Perteneció a los Consejos de AMIA, CAMEXA y del Colegio Humboldt. Actualmente, Karig es conferencista y consultor organizacional independiente en temas de la industria automotriz, de comercio internacional y de la implementación de sistemas de gobernanza empresarial. Es catedrático en temas de Gobernabilidad y pertenece a Consejos de Administración de empresas del sector automotriz e inmobiliario. Contacto: thomas.karig@tkonsult.com.mx
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