Automotriz: al amago del Covid-19, se suma la disputa sobre la regla de origen del T-MEC

Abr 04, 2022 . Blogs 0

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Además de los efectos de la pandemia y del escenario internacional, en donde el crecimiento de las tasas de inflación, parecen no ceder en casi ninguna economía, las amenazas y retos que enfrenta la industria automotriz, los cuales son generalmente de carácter tecnológico, no desaparecerán porque una regla de origen sea incumplible y lo que es muy probable es que ese intento de “proteger” los beneficios de una de las partes termine por disminuir la creación de valor de toda la industria automotriz de América del Norte.

 CIUDAD DE MÉXICO (04/04/2022).- Desde hace más de 24 meses el mundo ha enfrentado una guerra invisible. No hemos visto las armas ni los campos de batalla ni los relatos de guerra a los que hemos sido acostumbrados, en cambio hemos estado pendientes de los millones de contagios y muertes por SARS-CoV-2 y de sus múltiples consecuencias. Por cierto, cada vez parece que conocemos un poco más a nuestro invisible enemigo, pero también cada vez entendemos menos lo que seguirá en nuestras vidas cotidianas en los próximos años.

La incertidumbre en materia económica no ha sido la excepción. Los especialistas en el ramo han hecho diversos escenarios de la duración de algunas de las principales consecuencias de la pandemia, como lo son la alteración de las cadenas de suministro, la escasez de materias primas y de componentes industriales, el incremento del riesgo y de los costos logísticos. Sin ser definitivos, prevén que dichas alteraciones durarán meses o incluso un par de años más, sin mencionar los efectos negativos en la actividad económica de algunos fenómenos macroeconómicos como son el aumento de la deuda pública, por ejemplo en Estados Unidos, y el crecimiento de las tasas de inflación, que parecen no ceder en casi ninguna economía.

Por otro lado, el Banco Mundial publicó en enero de este año su tradicional reporte sobre las expectativas económicas mundiales, Global Economic Prospects, en el que se señala que si bien el crecimiento del PIB mundial para 2021 puede alcanzar un 5.5%, en 2022 la expectativa es que se presente un leve descenso y termine la cifra en 4%;  esto es debido a que existen amenazas como el surgimiento de nuevas variantes de COVID-19, tal como la que hemos visto en los últimos meses, y que la actividad económica siga enfrentando “cuellos de botella” en la producción y comercialización de bienes. Los pronósticos de crecimiento para las economías de México y Estados Unidos en 2022 en términos reales son 3% y 3.7%, respectivamente. Los escenarios de crecimiento entre economías de una región son dispares y sometidos a volatilidad.

En este entorno poco favorable, desde 2021 se ha observado con preocupación la discusión entre México y Estados Unidos sobre la interpretación de nuestro vecino del norte sobre el método de cálculo de la regla de origen del sector automotor. Pero ¿qué son y por qué importan las reglas de origen? De acuerdo con la Organización Mundial del Comercio (OMC), las normas de origen se definen como “los criterios necesarios para determinar la procedencia nacional de un producto”. En un marco de acuerdos comerciales se entiende que su importancia se basa en que los derechos y las restricciones aplicados a la importación cambiarán de acuerdo al origen de los productos importados. Existen prácticas y fórmulas diversas a las que los gobiernos se apegan y hay una gran variabilidad entre ellas. Por otra parte, esta organización establece que “si bien se reconoce universalmente el criterio de la transformación sustancial, algunos gobiernos aplican el criterio de la clasificación arancelaria, otros, el criterio del porcentaje ad valorem, y otros, incluso, el criterio de la operación de fabricación o elaboración”. Sobra decir que en un entorno de manufactura global o regional la armonización de dichas prácticas o metodologías son críticas para lograr algunos de los objetivos de un acuerdo comercial: evitar la erosión de los beneficios acordados y hacer que la región sea competitiva.

La negociación del actual acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, conocido en México como T-MEC, tuvo algunos episodios de drama y tensión, recordemos que el equipo negociador de Estados Unidos utilizó algunos recursos mediáticos para tratar de presionar a sus socios para aceptar condiciones inadmisibles en un entorno de libre comercio, particularmente en materia de intercambio de bienes del sector automotor. La regla de origen de vehículos ligeros fue una muestra de este tour de force para lograr un equilibrio mínimo entre las fuerzas políticas y los argumentos técnicos. Prácticamente, el cierre de la negociación del acuerdo dependió de la aceptación de las partes de la regla de origen automotriz.

Desde 2018, todas las partes sabían que la regla sería más estricta (62.5% en TLCAN vs 75% en T-MEC) y que se buscaba que algunos componentes de la región, particularmente de origen estadounidense como acero y aluminio, aumentarán su participación en el valor de la manufactura de vehículos ligeros, pero en ese momento nadie creía que el criterio de roll up sería cuestionado. Y justo ahora, quizá en uno de los peores escenarios posibles para la industria automotriz, se desata una controversia sobre el cálculo de regla de origen que, al menos en México, puede ocasionar que algunas empresas productoras de automóviles y camionetas pick up enfrenten incertidumbre sobre si su modelo de suministro les asegura el cumplimiento de la regla y, en consecuencia, la obtención del beneficio de acceso al mercado de Estados Unidos. Claramente este escenario no es favorable para la industria automotriz de América del Norte.

Leer el artículo completo en la Revista Digital B2B de Vanguardia Industrial, Edición Marzo-Mayo 2022 : https://cutt.ly/cD7OHk2

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• Automotriz, cadenas de suministro, Economía, Logística, Manufactura, regla de origen del sector automotriz, T-MEC, Verónica Orendain

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