México: Transformar la industria automotriz en cinco años

May 12, 2022 . Blogs 0

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Aunque México puede tardar más en incorporar vehículos eléctricos a sus calles por la falta de infraestructura,  su producción en este sector –que es principalmente para dar soporte al mercado estadunidense— tiene que enfocarse en la fabricación de autos eléctricos y sus componentes en la medida en que la movilidad eléctrica prolifere en Estados Unidos, lo cual se prevé que suceda en el próximo lustro.

 CIUDAD DE MÉXICO (12/05/2022).- México es uno de los principales ‘jugadores’ en la industria automotriz global: séptimo fabricante mundial de vehículos ligeros, cuarto exportador de automóviles, principal proveedor de componentes para la industria automotriz de Estados Unidos. Casi un millón de personas trabajan directamente en México para las plantas de fabricación de vehículos y componentes. La industria automotriz exporta alrededor de 130,000 millones de dólares y es el principal generador de divisas de nuestro país. La industria automotriz es hoy el motor de la economía de México, pero esto puede cambiar drásticamente junto al cambio tecnológico que se nos viene encima.

La industria automotriz está cambiando, como no lo ha hecho en los últimos 100 años. Efectivamente el vehículo movido por un motor de combustión interna está migrando hacia otros medios de propulsión, especialmente el motor eléctrico. Y es una consecuencia de la necesidad que tiene hoy la humanidad de buscar fuentes limpias de energía y dejar de utilizar combustibles fósiles que contaminan al planeta. El cambio climático es desgraciadamente, una realidad que afecta la vida en nuestro planeta y a cada uno de sus habitantes. Si hoy no cambiamos, será muy tarde para revertir el deterioro definitivo del hogar común de la humanidad.

La transformación tecnológica automotriz está siendo marcada por cuatro megatendencias: su electrificación, el desarrollo de la autonomía de manejo, la conectividad y el vehículo compartido. El acrónimo CASE (por sus siglas en inglés), hace referencia a estas cuatro megatendencias que están cambiando radicalmente la tecnología del vehículo, marcadas por nuevas tecnologías aplicadas al mismo, su conducción y sus capacidades de interconexión. De estas cuatro, quizá la de más relevancia hoy es la electrificación del vehículo, pues es ya una realidad que vemos en nuestras calles. El motor de combustión interna tiene sus días contados.

¿Cuándo desaparecerá el coche movido por un motor accionado por gasolina? No tiene fecha definida, pero ésta dependerá principalmente de cuatro factores: las legislaciones de los países, los costos de la batería, el desarrollo de vehículos y finalmente, de la infraestructura necesaria para que estos vehículos funcionen en las ciudades y carreteras. La velocidad de adopción de los coches eléctricos será más rápida o lenta, dependiendo de cómo evolucione cada uno de estos factores. Evidentemente, aquellos países que tomen la iniciativa de forzar a sus ciudadanos a migrar a la electromovilidad harán que se incorporen más coches eléctricos a sus calles. Esto ya lo vemos en algunos países europeos y asiáticos, o incluso en algunas regiones específicas, donde hay incentivos para que las personas compren vehículos eléctricos o bien, impuestos añadidos a los que sigan utilizando sus coches de motor a gasolina. A la par de estas exigencias de políticas públicas, hay un trabajo paralelo de establecer infraestructura para que los vehículos puedan ser cargados en los hogares, en las calles o en los edificios. Por lo mismo, es de esperar que las economías menos favorecidas tarden más en implementar la electromovilidad. Podemos esperar que los coches movidos por gasolinas permanecerán todavía mucho tiempo en países emergentes, y que los países económicamente más desarrollados serán capaces de electrificar su parque vehicular más pronto.

Una de las principales razones por las que los coches no han cambiado a los sistemas de propulsión eléctrica más pronto es el costo de las baterías, siendo éste casi la mitad del costo del vehículo. El precio de una batería para un coche eléctrico puede ser de unos 10,000 dólares, lo que hace inviable el precio de un coche para el grueso de la población. El otro factor asociado con la batería, es la autonomía en kilómetros que puede permitir una carga completa. La combinación de ambos factores está en la base de la viabilidad para que más gente pueda adquirir un vehículo eléctrico. Y esto sólo se conseguirá con el necesario desarrollo tecnológico, que permitirá hacer paquetes de batería a precios más competitivos y que éstos sean capaces de generar la necesaria autonomía para trayectos largos o puedan funcionar durante toda una jornada, antes de ser recargados.

Se espera que para el año 2025 un coche eléctrico pueda costar lo mismo que uno con motor de gasolina. Existe actualmente una carrera tecnológica para desarrollar baterías más eficientes y con costos más competitivos. Entre el 2020 y el 2025 se prevé que el costo de la batería se reduzca en casi 30%, lo que empezará a emparejar los costos de ambas tecnologías de propulsión, considerando que el coche eléctrico tiene menos componentes que el de gasolina. Se estima que la adopción de vehículos eléctricos pueda estar entre el 6 y el 15% en el año 2025, dependiendo de la velocidad en el desarrollo de las tecnologías de baterías.

Mientras los fabricantes tradicionales de coches han estado trabajando arduamente en el desarrollo de vehículos eléctricos, han aparecido otros ‘jugadores’ que han entrado al mercado de los eléctricos. El mejor ejemplo lo tenemos con Tesla, empresa que ha sido capaz de desarrollar vehículos eléctricos de alta gama que están siendo adquiridos por personas que no son sensibles al precio y que están deseosos de incorporarse al uso de las nuevas tecnologías. A todos les tomó desprevenidos, y esta compañía de California ha vendido algo más de 800 mil vehículos hacia finales del año 2021. Con un modelo de negocio diferente al de las OEM’s tradicionales, y una organización más ágil, la compañía de Elon Musk fue capaz de crear un producto eléctrico de alta aceptación en el mercado Premium y hoy la compañía ya tiene un valor de capitalización de más de un billón de dólares.

En los siguientes años vamos a ver aparecer nuevos ‘jugadores’ en escena, que competirán con los fabricantes tradicionales. Durante un tiempo van a convivir los vehículos de combustión interna con los eléctricos, teniendo a los vehículos híbridos como un puente entre ambas tecnologías. Ford, por ejemplo, ya ofrece su versión eléctrica de la F150, la tradicional Ford Lobo, y anunció que producirá 150 mil unidades, pues la demanda ha sido significativa desde que hizo su primer anuncio. Pero también nuevos jugadores ya ofrecen productos diferentes. Rivian fue la primera compañía en sacar a producción una pick up eléctrica, y se ha convertido en la pick up de producción más veloz del mercado, gracias a su tecnología de motores eléctricos independientes en cada rueda, y con una autonomía que puede llegar a 700 km con una sola carga. Esperamos ver aparecer otros vehículos desarrollados por nuevos ‘jugadores’ en la industria, que van a hacer cambiar a la ya muy madura industria automotriz mundial.

Pero quizás el reto más grande para que los vehículos eléctricos conquisten el mundo será la instalación de infraestructura en las calles de las ciudades y carreteras para que cualquiera pueda cargar sus vehículos. En nuestras urbes y caminos ya contamos con suficientes gasolineras que día a día alimentan los motores de los coches y camiones que circulan en calles y carreteras. Pero ahora se necesitan “electrolineras”: estaciones de carga para que los vehículos eléctricos puedan recargar sus baterías. Aunque uno pueda cargar su auto en su hogar, ahí se va a necesitar tener una central de carga para el automóvil que seguramente tendrá que ser independiente de la entrada de energía para el uso residencial. Y por otro lado, se necesitará crear mayor infraestructura para la generación y distribución de energía, pues la demanda mundial de energía eléctrica se va a disparar cuando sean millones los vehículos eléctricos que demandan este tipo de energía. En todos los países se necesitará migrar de la producción o compra de gasolinas al de la producción de más energía eléctrica, a fin de poder alimentar la demanda de energía para la electro movilidad.

Sin duda la creación de nueva infraestructura para la electro movilidad será el mayor obstáculo para que los países migren a los vehículos eléctricos. La brecha entre países desarrollados y los menos favorecidos se verá ahora ampliada por el tipo de tecnología de movilidad y porque éstos últimos continuarán contaminando el planeta con el uso de combustibles fósiles. Esto va a permitir que los vehículos de combustión interna sigan siendo fabricados durante muchos años, pero su volumen irá disminuyendo significativamente, mientras los países vayan teniendo su propia infraestructura para los vehículos eléctricos.

En el contexto de los cambios tecnológicos CASE, México tiene que replantear su industria automotriz, si quiere seguir siendo un ‘jugador’ importante en la economía automotriz mundial. Si bien México puede tardar más en incorporar vehículos eléctricos a sus calles, por la demora en la instalación de la infraestructura requerida, no va a ser así con la industria automotriz de Estados Unidos, su principal cliente. La capacidad productiva automotriz en México, tanto de vehículos como de autopartes, es principalmente para dar soporte al mercado americano. Si el consumidor de Estados Unidos empieza a comprar coches eléctricos, entonces en México tendremos que empezar a fabricar autos eléctricos y componentes para el vehículo eléctrico. Y poco a poco migrar nuestras capacidades del coche de gasolina, a desarrollar e integrar capacidades productivas para la electromovilidad. Retos y oportunidades que tendremos que enfrentar para conseguir que la industria automotriz siga siendo el motor de nuestra economía. ¡Y esto tiene que suceder en los próximos cinco años!

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• Automotriz, coches eléctricos, Economía, Manuel Montoya, México, vehículo

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