Ninguna empresa en sistemas de PET está preparada para cumplir la Ley General de Economía Circular de México: Husky Technologies

Jun 12, 2023 admin Más Industria, Plásticos 0

La entrada en vigor de esta ley –que cambiará las normas de empaques y envases— está programada para 2025, y “ni nosotros que somos la empresa más grande del mundo en sistemas de PET, estamos totalmente preparados para algo así”, afirmó Cristian Nuñez, gerente de Desarrollo de Negocios y Embajador Sustentable de esta firma. En un webinar previo a Expo Pack 2023, a realizarse del 13 al 15 de junio, resaltó que “aunque la ley pudiera verse como apresurada, (…) tenían que aplicar estas leyes de inmediato”. Identificó al PET como el mejor reciclable y afirmó que en Europa ya se legisló el envase con tapa anclada, lo cual “está avanzando muy fuerte en Estados Unidos” y “en algún momento va a llegar a México”, previó.

El PET es infinitamente reciclable, es más liviano, usa menos resina virgen, ahorra costos al requerir menos gramaje para la resistencia mecánica, entre otras ventajas. (Foto: Tomada del video del webinar)
El vidrio causa el peor impacto ambiental, pues sus huellas de carbono e hídrica son las más altas de todos los materiales de empaque y envase alimenticio. (Foto: Tomada del video del webinar)
En todos los materiales no reciclables, como los laminados complejos que “son un verdadero problema”, el PET tiene oportunidad de sustituirlos, dice Nuñez. (Foto: Tomada del video del webinar)

Blanca Soria

CIUDAD DE MÉXICO (12/06/2023).- En México, las empresas todavía no están preparadas para cumplir con la nueva Ley General de Economía Circular del país –que cambiará las normas de empaques y envases—, y que entrará en vigor en 2025 en todo el territorio mexicano, reconoció Cristian Nuñez, gerente de Desarrollo de Negocios y Embajador Sustentable de Husky Technologies, la mayor empresa del mundo en sistemas de inyección de pet, pues casi nueve de cada diez envases en el mundo se hacen en sistemas Husky.

En el webinar “¿Cómo convertirse a PET exitosamente para cumplir con la nueva Ley General de Economía Circular de México?” –presentado por PMMI Media Group y Husky Technologies, como evento previo a Expo Pack 2023, a realizarse en Expo Guadalajara, del 13 al 15 de junio próximo—el directivo afirmó: “Ni nosotros que somos la empresa más grande del mundo en sistemas de PET, estamos totalmente preparados para algo así” y calificó de “dramáticos” los cambios que ha habido a nivel mundial, “no sólo en México, lo que se dio en Europa, en Estados Unidos, en Asia, todas estas legislaciones para el uso de economía circular y dejar de dañar al planeta. La verdad es que no, nadie estaba preparado, pero el daño ambiental ya estaba hecho”.

Nuñez – graduado con honores en Ingeniería en Innovación Tecnología por la Universidad de McMaster en Canadá, con más de 15 años de experiencia en la industria de plásticos, y varias patentes y desarrollos enfocados en materiales y aplicaciones sustentables, por los cuales ganó el premio de Innovación en Ontario y Canada’s Top 10— explicó que esta corriente de implantar la economía circular surgió por iniciativa de la Organización de Naciones Unidas (ONU), “de los estudios que se han hecho del impacto ambiental por la utilización de empaques y envases no reciclables, sobre todo, los que no son reciclables”.

Tras señalar que “ese daño ambiental (…) está hoy en día en el planeta”, comentó que “al final del día se le puso un tache al PET porque flotaba en el mar, pero era el mejor empaque que existía”, dijo para indicar después que “hoy en día ya no vemos ese problema porque todo mundo quiere reciclar PET”, la cual es una industria “extremadamente activa”.

Reiteró que “no estamos preparados” para la entrada en vigor en 2025 de esta ley y resaltó que precisamente por eso las empresas deben hacer alianzas y “ayudarnos unos con otros para guiarnos y estar listos, porque aunque la ley pudiera verse como apresurada, pues la verdad es que ya no hay vuelta atrás. El daño ambiental está hecho y se tenían que aplicar estas leyes de inmediato, porque si no, las generaciones futuras iban a tener un muy mal ecosistema”.

Asimismo, hizo énfasis en que el envase de PET sustentable “debe ser compatible en el reciclaje de las tapas. Este es un tema muy fuerte en Europa que ya se legisló. En Europa ya no se pueden retirar las tapas del envase. Se tienen que quedar ancladas porque al retirarse de la botella era más susceptible que terminaran en ríos, en el mar… es muy difícil que se pueda reciclar la tapita por sí sola. Lo que se recicla es todo el envase, entonces en Europa ya está la legislación, se está avanzando muy fuerte (con este tema) también en Estados Unidos y creemos que en algún momento va a llegar a México lo que se llama tapa anclada”.

En Husky, subrayó, “ya tenemos las soluciones muy validadas para que las tapas se queden ancladas y eso permite que se reciclen muy bien cuando la botella lega con la tapa anclada a los recicladores. Ya los sistemas de separación que tienen en las líneas de reciclaje lo hacen automático. Separan muy bien el polipropileno o el polietileno de estas tapas del PET y se vuelve a reciclar, también, sin ningún problema”.

Reciclar para una economía circular

Para abordar el tema de la economía circular el experto explicó el proceso de reciclaje del PET. En el caso de envases transparentes, rígidos o termo formados, “el proceso comienza con una separación óptica, después primer lavado, después molienda y después se sigue haciendo lavando en frio, en caliente, hasta que ya llegue a lo que son… un flake que se pueda hacer pelet. Este flake, este triturado de estas botellas que se hace líquido y se filtra y se pasa por unos procesos de descontaminación avanzados para lograr el pelet y este pelet puede ya salir grado alimenticio o si no, se tiene que llevar a un reactor para hacerlo grado alimenticio. Generalmente los reactores lo que hacen es: toman el PET y los pelets y suben la viscosidad intrínseca a través de nitrógeno y cambios de calor, hacen que se quiten los últimos volátiles que pudiera tener, los tóxicos, y suba la viscosidad intrínseca para ya dejarlo listo como grado alimenticio y entonces sí, ya pueden llegar a nuestras máquinas y hacer de nuevo ese mismo envase (…) o se puede hacer otro envase, no importa, pero es economía circular siempre y cuando sea ciclo cerrado”.

En el sector del reciclado, resaltó, “lo más importante es tener las tecnologías que estén certificadas para reciclar PET. Es vital que se tenga una métrica de análisis en la extrusora, en los reactores para que siempre estén consistentemente recibiendo buen material, pues si se mete basura no reciclada a una planta de reciclaje va a salir un producto malo, no bien clasificado”, por lo que recomendó: “Lo que se tiene que hacer desde antes, desde que se reciben las botellas o los empaques, se tiene que tener una selección, generalmente de sistemas ópticos avanzados, que lo que hacen es (que) meten estas botellas a revisar el 100% en alta velocidad con sistemas que se llaman near infra red o infra rojo cercano. Esos sistemas avientan un infra rojo cercano para detectar qué material es y también con un sistema laser pueden detectar si es una botella o si es un laminado de cartón o qué es y en combinación con esas dos (tecnologías), pues ya se va separando lo que es el PET adecuadamente y de ahí, los siguientes pasos es ya la selección correcta de una buena línea de lavado para que el flake salga muy bien, limpio, que no tenga químicos adheridos todavía a la hojuela que permitan que se hagan tóxicos y ya, después de ahí, bueno, los procesos de extrusión, filtración y reactor son críticos para obtener un buen PET”.

Sobre los envases o empaques de color, dijo, es lo mismo, con la única diferencia de que “el flake se va a ver de multicolor, el pelet se va a hacer como ahumado-gris, y ese pelet ahumado-gris se puede pintar sin ningún problema, para que (… se) vuelva a hacer otra botella o contenedor de color y llegue y regrese al merado, entonces recicla y se hace loop en economía circular para lo que llamamos nosotros el reciclado compacto o de colores compacto”.

Compartió que “cada vez más empresas en el mundo están abriendo líneas dedicadas para reciclaje de opacos o exóticos, el exótico se llama todos los colores y el opaco los negros y sin que sean traslúcidos (…) nosotros vemos que es un campo de aplicación grande”.

Respecto a los multicapa, “de color sólido que son botellas de cerveza en PET, latas de atún, capsulas de café, algunos (… envases) de leche que son multicapa, ahí nuestro sistema tiene dos inyecciones, tiene una inyección por fuera y una por dentro, en flujo laminar, pero se pueden entintar o tener distintas propiedades la barrera de en medio con las de afuera” y ejemplificó con lo tetra pak de la leche que “tiene blancos por fuera y negro por dentro encapsulado, a la hora de molerse se hace una hojuela blanco-negro, o sea, es un pelet negro que se vuelve a meter a la capa de en medio de nuestra máquina y vuelve a salir el envase multicapa de vuelta al mercado, sin ningún problema. En el caso de los de color es el mismo proceso”.

Asimismo, comentó sobre los multicapa de color en gradiente “que esa es una tecnología que le encanta sobre todo a las áreas de marketing de las empresas. Nuestra tecnología multicapa puede denigrar el color, o sea, puede hacer difuminados en color, cambios de color en el mismo empaque”, dijo al ejemplificar con los envases de shampoo o las botellas de agua que usan el color azul, que “al molerse se va a hacer un flake azulado, un pelet azul claro y se vuelve a meter en la capa de en medio para volver a hacer de nuevo el envase multicapa. Todo el tiempo se recicla”.

Acotó que “también podemos hacer el mismo tema en contenedores y cubetas, no solamente en PET, podemos utilizar polietileno y polipropileno, y podemos encapsular en la capa de en medio el reciclaje”, indicó al explicar que en el caso de productos como las cubetas se le mete todo lo que es “desperdicio limpio en medio, pero que es muchísimo más barato que el virgen y lo encapsulan. Y el cliente nunca se va a dar cuenta, a menos que corte la cubeta en medio, pues ya, va a ver que sí tiene tres capas, pero fuera de eso, no es perceptible al ojo y las propiedades mecánicas son las mismas”.

En los llamados empaques Premium, continuó “podemos hacer que cambien de color; que brillen en la oscuridad, con aditivos; que sean termo cromáticos, al momento de estar fríos o calientes cambian de color; y son cosas que podemos hacer ahorita de alto impacto, (…) con el grabado láser, con estos sistemas termo cromáticos o de brillo, ya se puede hacer cosas muy ‘padres’ para el mercado y (… que son) totalmente reciclables”.

El PET, el rey de los reciclables

El ejecutivo resaltó después que las bolsas preformadas de PET también se pueden reciclar. “Mientras el producto sea PET se puede reciclar. Si es un termo formado, si es una inyección de PET, si es un textil de PET se puede reciclar. El único problema es la viscosidad intrínseca que es la propiedad de su resistencia mecánica, que se llama id. Si termo formamos un PET es estiramiento, es más agresivo y también, la resina de origen para hacer un termo formado tiene una viscosidad intrínseca menor que una botella que va a estar envasada a alta presión como un refresco carbonatado”.

Indicó que esa es la única limitante y detalló que “la mayoría de los recicladores de PET reciben solamente botellas porque la viscosidad intrínseca de las no botellas es mucho menor que, como los termo formados de un textil, no se puede (homologar)… a la hora de meterlas al reactor se destruyen. Las propiedades mecánicas, no (son suficientes)… a la hora de tratar de reciclarlos (…) se pulverizan”.

Tras calificar este tipo de proceso como “muy complicado”, agregó que “hay empresas de reciclado que están dedicadas a reciclar termo formados y fibras, pero la gran mayoría de los recicladores reciben solamente botellas”, reiteró.

Al hablar sobre el monocapa laminado de polietileno, comentó que el proceso para su reciclado es un reciclado químico, “pero no se conoce todavía a ciencia cierta hoy, qué porcentaje de ese reciclado químico puede regresar a grado alimenticio al mismo empaque, sin embargo hay alternativas que se están (…. trabajando) muy fuerte en estos laminados monocapa de polietileno, lo cual nosotros vemos que puede ser una solución para los laminados monocapa, sin embargo, es muy costoso el reciclado químico y también se desconoce qué porcentaje se puede” lograr en cuanto al porcentaje de reciclado.

El polipropileno, dijo, “se puede reciclar alrededor del 30% de vuelta en grado alimenticio con reciclaje químico también” y aunque hay iniciativas para elevar dicho porcentaje, hasta el momento es el más alto que se ha alcanzado, a diferencia del polietileno, que “sí se puede reciclar todo, 100%, pero tiene una limitante: que solamente se puede hacer esto diez veces”, pues después de las diez veces, “se pierden propiedades mecánicas, hay potencial en migraciones químicas, y entonces ya se tiene que ir a dar un salto. Se tiene que ir a otras aplicaciones que son de menor valor o que ya no son de economía circular”.

Respecto al aluminio, refirió que “es reciclable todo el tiempo. Se le puede dar la vuelta siempre. Alrededor del 55% se puede incorporar de vuelta todo el tiempo en un grado alimenticio”, pero apuntó que hay un problema de contaminación con el aluminio.

Al continuar mencionando los diferentes materiales, dijo que el vidrio es el mismo caso. “El vidrio se puede regresar 95% su contenido de vuelta al mismo envase o empaque, pero igual, tiene otro problema en las huellas. Y al final, aquí el que gana es el PET, el PET es el único material de empaque y envase grado alimenticio que puede regresar 100% de vuelta a ser otra vez empaque o envase, infinitas veces, todo el tiempo”.

Asimismo, mencionó que “el PET es un suministro seguro, pero por lo mismo que es el material de elección ahorita en todo el mundo, pues la demanda ha crecido y la oferta, pues tiene que acapararse. Hay un déficit, pero cada vez más empresas se están metiendo a reciclar el PET”, lo cual, dijo, ayudará a superar el déficit en este material que abundó, “se puede hacer en cualquier forma, con libertad de diseño. Se puede prácticamente, hacer en cualquier forma, son muy pocas las limitantes, se puede soplar, se pude termo formar, se puede inyectar directo, se puede hacer fibras, se puede hacer muchas cosas”.

El vidrio, con el peor impacto ambiental

Sobre los diferentes materiales, aclaró que “una cosa es que se puedan reciclar y que regresen de vuelta en economía circular y otra es cuál es el impacto al planeta, de reciclarlos”. Así, indicó que en impacto ambiental, “el peor de todos es el vidrio. La huella de carbono y la huella hídrica que tiene el vidrio es la más alta de todos los materiales de empaque y envase alimenticio. Se requiere una temperatura dramática para fundir el vidrio, hay emisiones de dióxido de carbono dramáticas y también se requiere muchísima agua para la reciclabilidad del vidrio, entonces, su huella es muy alta”.

Al abordar “el caso del poliestireno y otros plásticos también, al no ser reciclable y no poder tener una economía circular, tiene el problema de que termina contaminando, sobre todo, hídricamente. Terminan en los ríos, en los mares o en tiraderos clandestinos y entonces, tienen un impacto al medioambiente hídricamente, y alimentario”.

El aluminio, continuó, también

tiene una huella hídrica grandísima. Es una huella de carbono también alta porque se requiere muchísima más temperatura que los plásticos para fundir el aluminio, lo cual emite muchísimo más dióxido de carbono y se requiere más fuerza calorífica para fundirlo, pero aquí el aluminio tiene una característica muy mala y es que a la hora de reciclarse tiene un impacto hídrico, en lo que le llamamos nosotros los mantos rosas o los lagos rosas, (… que) son todos los subproductos químicos que se generan del aluminio a la hora de reciclarse y que son susceptibles de contaminar mantos acuíferos. Entonces, es muy complicado el manejo de los subproductos del reciclaje de aluminio en la parte de químicos, entonces, aquí el impacto es alto,

reiteró.

Los laminados multicapa, mencionó, “también es un impacto alto, igual que el poliestireno no se pueden reciclar y entonces terminan en down cicle (o ciclo descendente) y muchas veces terminan siendo quemados clandestinamente o incinerados y terminan afectando al planeta muy fuerte”.

Sobre los monocapa laminados de polietileno, tienen “impacto medio, porque al poder reciclarse químicamente al 30% ya tiene un menor impacto ambiental, sobre todo porque siguen siendo polietileno y no se requiere tanta temperatura como el vidrio o el aluminio para reciclarlos”.

El cartón laminado, dijo, “lo ponemos en medio porque aunque no son reciclables en economía circular, (…) el cartón por sí solo sí puede provenir de bosque sustentable. Eso significa que los árboles que talan para hacer la pulpa del cartón los tienen que volver a sembrar, incluso dos a tres veces a uno de la tala, pero el impacto ahí es que va a tardar mucho tiempo en crecer los árboles de nuevo, sin embargo, sí es sustentable, digamos, que a largo plazo es sustentable y más o menos se compensa, y por eso el impacto es medio”.

En cuanto al polipropileno, agregó, “tiene impacto bajo. Es reciclable en un porcentaje y aparte requiere una temperatura menor de fundición”, mientras el polietileno, acotó, “es totalmente reciclable diez veces y requiere una menor temperatura de fusión y aquí, de nuevo el PET es el que gana. Requiere una temperatura menor de fusión, en comparación con el aluminio y el vidrio y el PET es el material que nos permite tener la mayor resistencia mecánica con los menores gramos posibles. Es extremadamente duro, entonces, al tener esa ventaja, nos permite que la huella hacia los tres (aspectos), lo que es carbono, hídrica y alimentaria, sea la menor posible, porque no sólo no termina haciendo afectación hídrica o alimentaria, sino tampoco huella de carbono porque tiene el menor gramaje y muy baja temperatura de fusión comparado con el aluminio y el vidrio”.

Los laminados complejos, “un verdadero problema”

Al abordar el tema de los laminados complejos, se refirió a ellos como “un verdadero problema aquí en México y en todo el mundo porque no son reciclables o es muy difícil su reciclabilidad, sobre todo, los que no son monocapa de polietileno, sino multicapa y hechos de distintos materiales colaminados entre sí”, por lo que “es muy difícil que se puedan separar. Es prácticamente imposible separar el aluminio del polietileno metalizado cuando ya se hace la unión. Es muy difícil separarlos apropiadamente, entonces, si llegan a un reciclador, estos empaque no son aceptados o si son aceptados (…) se van a separar dentro de los sistemas de separación óptico porque los recicladores no pueden decir ‘a ver, de este pouch déjame quitar el polietileno, déjame quitar el aluminio’, o el cartón, ‘déjame quitar el cartón, lo separo manualmente. Es algo que es muy difícil de hacer”.

Aunque refirió que “sí hay tecnologías ahorita que están avanzando, se están migrando algunos materiales de estos laminados, se están buscando alternativas adicionales en reciclajes más agresivos, químicos agresivos nucleicos en donde ya van con base enzimática y demás, pero es muy complicado. Todavía no se tiene un panorama claro de cómo se tiene que hacer una clasificación adecuada del reciclaje de estos materiales. Entonces, terminan generalmente no reciclándose y se van en down cicle en cadenas de menor valor y a un porcentaje muy bajo”, dijo al comentar que “nosotros hemos visto que es muy bajo el porcentaje de recolección y de recuperación, incluso en down cicle de estos materiales. La mayoría terminan en el relleno sanitario”.

Al respecto, asentó: “No hay economía circular aquí. Al no poder regresar al mismo empaque o envase, no hay economía circular, entonces, cómo vamos a cumplir con el 20%, el 30% de circularidad, si no lo podemos reciclar. Entonces, ahí sí vemos un problema serio y aquí hay una oportunidad del PET. Se pueden migrar estos envases al PET, (…) que tiene las ventajas de que nos ofrecer ser más liviano, usar menos resina virgen, ahorro en costos porque requiere el menor gramaje para la resistencia mecánica comparado contra los demás, se puede reciclar 100 veces –es infinitamente reciclable— , aumenta su participación de mercado y logra un mayor atractivo para el consumidor”, enumeró.