Innovación, moda, milagro

Sep 14, 2015 Damián Amaya Blogs, Innovación Competitiva 0

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MONTERREY, Nuevo León (14/09/2015).- Así como hay quienes creen que con una pastillita pueden perder el sobrepeso que los hace verse mal, también hay empresas que buscan que la innovación les haga el ‘milagrito’ de ser más sin esfuerzo.

Por alguna razón existe en todos nosotros una parte a la que le gusta creer en las soluciones mágicas, milagrosas, que en un solo instante y de tajo logran cambiar el curso de las cosas; incluso de aquellas cosas de las que llevamos años sin hacer nada al respecto, pero que repentinamente urge solucionar.

Así, sin haber realizado un mínimo esfuerzo por conocer a sus competidores, sin dejar que el personal aporte y sin permitir la más mínima experimentación, de la noche a la mañana a algunas empresas les urge innovar con la esperanza de resolver todos sus problemas. Así les han vendido la innovación, como una cura a todos los problemas, según me cuentan.

En otras ocasiones resulta que es “porque está de moda”, o simplemente: “No sé ni por qué me pongo la innovación, pero como veo que varios la usan… pues yo también la quiero implementar”.

El problema con los productos milagro es que no existen y punto, para acabar pronto. Y el problema con las modas es que vendrán otras que las reemplazarán ad infinitum.

Cuando no se entiende el beneficio correcto de la innovación, no llegará nunca a resultados porque se espera todo y cualquier cosa; y cuando no se acepta el sacrificio de la innovación no habrá empeño en crear las condiciones que la permitan para establecerse de manera sana y sostenida en la empresa.

El estado actual que guarda una empresa con respecto al tema de innovación es un estado de equilibrio, originado por un set de fuerzas que por alguna razón (rutinas, cultura, incentivos, etcétera) se equilibraron en ese punto, en ese estado. Si la innovación se implementa sin reconocer que dichas fuerzas siguen ahí, se encargarán ellas de regresar a la empresa al estado habitual cuando la innovación intente implementarse.

En las empresas en las que la innovación se implementa por moda o por buscar el ‘milagrito’, la probabilidad de falla es altísima y el desánimo de los equipos llegará sin falta, lo que provocará salir a buscar la próxima moda o comprar el siguiente producto milagro. Habremos entonces perdido una oportunidad de las contadas oportunidades que hay para incorporar la innovación en la población finita de empresas que tenemos en México.

Antes de implementar un modelo de innovación industrial, algo que nos ha dado resultado es caracterizar y mapear el sistema de interrelaciones para identificar aquellos procesos que mantienen el estado actual de la empresa y que podrían socavar la implementación y su posterior estabilidad; entonces se diseña el traje a la medida para que ajuste como guante y los equipos de trabajo no lo sientan como algo artificial, en donde no pueden fluir para contribuir con su talento.

 La innovación no germinará por medio de modelos unitalla que no reconozcan las particularidades de cada empresa; eso sí, es mucho más fácil implementar un modelo genérico en decenas de empresas de un mismo golpe, pero los resultados nunca podrán compararse con aquellas empresas que llegan a niveles de convicción, conducta y maestría después de haber interiorizado el porqué de la innovación y evolucionar sus modelos hasta hacerlos únicos.

Acerca del autor:

Director del despacho Prodavant especializado en servicios de Innovación Industrial y Vigilancia Tecnológica. Más información en: http://www.prodavant.com/

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• Damián Amaya, Innovación, innovación industrial

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