BCG advierte: Los nuevos aranceles de EE.UU. al acero y aluminio podrían desestabilizar cadenas de suministro y aumentar costos globales

Feb 24, 2025 Admin Economía, Más Industria 0

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Estados Unidos está por implementar un nuevo arancel del 25% sobre una amplia gama de productos de acero y aluminio, afectando a países clave como la UE y Canadá, y eliminando las excepciones previas. La medida, anunciada por la administración Trump, comenzará el 12 de marzo y podría aumentar los costos de fabricación y las cadenas de suministro en diversas industrias. Los aranceles también impactarán fuertemente a la industria manufacturera estadounidense, impulsando los precios y márgenes de beneficio de los fabricantes nacionales. Las empresas deberán adaptarse rápidamente a estos cambios, considerando opciones como optimizar inventarios o buscar proveedores alternativos.

Boston Consulting Group (BCG)

CIUDAD DE MÉXICO (24/02/2025).- En este momento, Estados Unidos se está preparando para ampliar un arancel del 25% a una gama más amplia de productos importados de acero y aluminio y, al mismo tiempo, eliminar las exenciones para todos los países e importadores, sin excepción.

La administración Trump anunció los inminentes aranceles el 10 de febrero por motivos de seguridad nacional. Se aplicarían recientemente a socios comerciales clave, como la UE y Canadá, que hasta ahora han sido excluidos de aranceles o sujetos a cuotas desde que se impusieron los aranceles por primera vez en 2018. Los fabricantes estadounidenses y otros importadores ya no tendrán recurso a exclusiones individuales.

Impactos

Los nuevos aranceles entrarán en vigor el 12 de marzo. Se aplicarán a una variedad de productos, incluidos el acero, el aluminio y ciertos “derivados” que contienen metales que se gravarán según su contenido de acero y aluminio.

 Los nuevos aranceles tendrían un impacto de gran alcance en los costos de fabricación y las cadenas de suministro en una variedad de industrias en Estados Unidos y los países exportadores. Los aranceles actuales de Estados Unidos se extenderán a Argentina, Australia, Brasil, Canadá, la UE, Japón, México, Corea del Sur y el Reino Unido, que en conjunto representan alrededor de tres cuartos de las importaciones de acero de Estados Unidos en volumen.

“Los productores y clientes de acero y aluminio deben actuar con rapidez para comprender qué significarán estos aranceles para ellos y cómo pueden mitigar cualquier impacto negativo”, dice Nicole Voigt, directora gerente de BCG y socia que codirige el trabajo de la empresa en metales. 

Si se implementan como se anunció, BCG proyecta que, una vez que todo esté descontado, los nuevos aranceles al acero y al aluminio:

• Añadir 22,400 millones de dólares al coste de los productos de acero y aluminio que importa Estados Unidos y hasta 29,000 millones de dólares adicionales para productos derivados.
• Incrementar la cantidad afectada de acero importado de 7 millones de toneladas métricas a 26 millones. Con la expansión a productos “derivados”, como piezas de ascensores, palas de excavadoras, lámparas y acero estructural, el valor de los bienes objeto de aranceles podría más que duplicarse hasta alcanzar los 72,000 millones de dólares.
• Incrementar la cantidad afectada de aluminio importado de 2,3 millones de toneladas métricas a 3,5 millones. Cuando se incluyen productos derivados como bates de béisbol y algunas piezas de aviones y electrodomésticos de cocina, el valor de los bienes objeto de aranceles alcanzaría los 132,000 millones de dólares.
• Afectan más fuertemente a la industria manufacturera de metales de Estados Unidos, el mayor usuario de acero y aluminio importados (24% y 35% de dependencia de las importaciones, respectivamente). También se verán significativamente afectados los sectores de la automoción, la maquinaria mecánica, la construcción y diversos sectores de consumo.
• Impulsar los precios y los márgenes de beneficio de los fabricantes estadounidenses de acero y aluminio.

“Muchas empresas ya están empezando a actualizar sus precios y optimizar su inventario y sus cadenas de suministro”, dice Janice Lee, quien codirige el trabajo global de BCG en metales. “Otros están discutiendo una posible expansión de la capacidad”.

Estas estimaciones no tienen en cuenta las medidas de represalia adoptadas por los socios comerciales de Estados Unidos ni las contramedidas que Estados Unidos pueda adoptar en respuesta. La UE y Canadá han indicado que tomarán represalias contra las exportaciones estadounidenses, pero aún no han publicado detalles.

Es posible que se produzcan más acciones comerciales. Por ejemplo, la orden ejecutiva del 10 de febrero proporciona un mecanismo para que los productores y asociaciones industriales de acero y aluminio de Estados Unidos busquen ampliar los aranceles a aún más productos derivados que contengan acero o aluminio.

Además, a diferencia de los aranceles impuestos durante el primer mandato del presidente Trump, los clientes estadounidenses de acero y aluminio tendrán formas limitadas de evitar pagar los aranceles. Estados Unidos ha otorgado más de 100,000 exclusiones individuales desde 2018 a importadores que demuestran una disponibilidad interna limitada de productos específicos de acero y aluminio. Ese sistema de concesión o renovación de exclusiones ya está cerrado.

La administración Trump está adoptando un enfoque diferente respecto de los aranceles al acero y al aluminio que en 2018.

“Esta vez, hay menos acuerdos con los países y no hay margen para que las empresas obtengan excepciones”, dice Iacob Koch-Weser, director asociado de BCG que se especializa en comercio e inversión. 

Las principales opciones son abastecerse localmente o pagar más por los materiales importados. Cambiar las ubicaciones de abastecimiento es menos útil si todos enfrentan los mismos aranceles.

agrega.

Ahora que las cuestiones y opciones clave que enfrentan los líderes empresariales dependen en gran medida de su lugar en la cadena de valor.

Ajustes: cambios en la demanda

En el corto plazo, las empresas estadounidenses de acero y aluminio necesitarán gestionar los cambios en la demanda mediante el ajuste de precios y la producción y el inventario. A más largo plazo, deberían determinar si invertir en más capacidad, explorar la fabricación de productos de mayor valor agregado que hasta ahora han sido principalmente importados y mejorar la eficiencia operativa para seguir siendo competitivos.

 Los clientes estadounidenses de acero y aluminio deben calcular inmediatamente el impacto de los aranceles en sus costos de materiales y sus precios. Deben identificar formas de mitigar el impacto, como documentar el contenido de metales de sus productos para calificar para aranceles más bajos, renegociar con los proveedores de metales actuales, cambiar a otros proveedores o utilizar materiales alternativos.

Los exportadores de productos de acero y aluminio a Estados Unidos deberían determinar si pueden seguir siendo competitivos en costos en este mercado y en qué segmentos. Sin las exenciones que existían anteriormente, los exportadores tendrán que reevaluar el panorama competitivo. También pueden considerar diversificar las exportaciones a otras regiones para compensar la pérdida de ingresos en Estados Unidos.

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