Covid-19: Alemania, victoria y desafío

May 25, 2020 Fernanda Alvarez Blogs 0

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A pesar de tener el mayor número de  infectados en Europa, este país registra menos muertos que Italia o España. El liderazgo femenino de la Canciller Angela Merkel ha privilegiado la salud por encima del interés económico y ha ejecutado programas de apoyo financiero a la industria.

CIUDAD DE MÉXICO (25/05/2020).- Al día de hoy, más de 3 millones de personas están infectadas por el Covid-19. De acuerdo con estadísticas oficiales, Estados Unidos  encabeza esta cifra con más de un millón. A pesar de estar al frente en la lista de los países con más infectados en Europa, Alemania ha sabido manejar bastante bien esta crisis global y el número de muertes por el virus es menor que en otros países, como Italia o España.

Incluso, muchas de las medidas tomadas por el gobierno alemán han servido de ejemplo para otras naciones, como el Reino Unido, donde se ha tratado de duplicar el número de pruebas realizadas a la población. Ahora, Alemania presume de funcionar a su vez, como hospital y amparo, recibiendo enfermos provenientes de España, Italia y Francia.

¿Qué hay detrás de este modelo de éxito, entonces? Los resultados se basan en cuatro puntos claves:

• Un claro y lógico liderazgo del gobierno alemán, guiado por expertos y científicos en el tema;
• Debidas acciones preventivas en el sistema de salud;
• Apoyo a la economía alemana; y
• Una ejemplar mentalidad del pueblo.

Comencemos con el primer aspecto señalado: un claro liderazgo por parte de la Canciller alemana, Angela Merkel, quien cuenta con un Doctorado en Química Cuántica y trabajó como investigadora científica por muchos años. 

Desde que se encontró el primer caso de Covid-19 (coronavirus) en el territorio alemán, el gobierno actuó de manera inmediata para crear un plan de emergencia. La Canciller Angela Merkel ha sido un verdadero ejemplo a seguir. Ella misma canceló su agenda de eventos e incluso tuvo que permanecer recluida en cuarentena al tener contacto con un doctor infectado por el virus. La líder ha emitido comunicados claros sobre la seriedad de la enfermedad y ha encaminado a la nación a seguir las medidas para cumplir con un distanciamiento social y permanecer en casa. En las redes sociales se menciona un liderazgo femenino, que antepone la seguridad y salud del pueblo sobre un interés político, económico o, incluso, personal. Este liderazgo se extiende no sólo a nivel federal. Todos los estados han seguido estas medidas para mitigar el impacto de la pandemia, unificando esfuerzos, pese a contar con representaciones de partidos políticos distintos.

Sumado a esta clara dirección, el gobierno alemán tiene la apertura y disposición de escuchar y seguir las recomendaciones de los científicos. Por ende, la mayoría de su gente cree y confía en las indicaciones del gobierno. En pocas palabras, el gobierno alemán alinea sus medidas con la opinión de expertos, para la buena seguridad y salud del pueblo.

Tomando en cuenta lo anterior, resulta pertinente considerar cómo influye el liderazgo en una situación así, en el rumbo de una nación. Sin entrar en política, por ejemplo, es claro que en México existe un disgusto e inconformidad hacia la manera en que los líderes están manejando la actual crisis. Ejemplo de ello es el nivel de seriedad con la que el presidente, Andrés Manuel López Obrador, ha tomado el tema, e incluso sus declaraciones populistas, al recurrir a figuras religiosas para protegerse de la pandemia. Peor aún, el mandatario fue visto en sus giras interactuando con sectores de la población de alto riesgo, como lo son niños y ancianos.

Mucho se puede argumentar acerca de que, seguramente, Alemania ha podido manejar la crisis de mejor forma porque cuenta con los recursos necesarios para ello. Pero ¿acaso se necesitan recursos para dejar el ego a un lado? ¿Para escuchar la voz de los expertos y guiar a una nación a un escenario más optimista? En realidad, no. Un claro modelo ha sido Costa Rica, cuyo presidente, Carlos Alvarado Quesada, ha dado oportunas indicaciones rigurosas al pueblo de resguardarse en casa. La gente ha seguido estas medidas y el gobierno ha encaminado esfuerzos para apoyar a las industrias más afectadas. Entonces, en realidad no hace falta estar en un país de primer mundo para tener un enfoque claro de la situación, sentido común y una estrategia oportuna para combatir la crisis.

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