Última actualización noviembre 21st, 2024 12:01 PM
Basado en un optimismo irreal sobre los ingresos petroleros y tributarios, el Presupuesto de Egresos de la Federación 2020 sobreestima el crecimiento real del Producto Interno Bruto, cuyas cifras aparentan un mayor margen de maniobra para la federación, que asignó sólo el 7% del total del gasto a la generación de infraestructura productiva y 1% al fomento económico, mientras que más del 50% va para seguridad social y sector energético.
CIUDAD DE MÉXICO (06/05/2020).- Ante la complejidad de la administración de un país, con la política, la economía y las fuerzas sociales imbricadas, el gobierno actual se enfrenta al reto de presentar su primer programa de egresos a nivel federal; por lo que es válido preguntarnos ¿qué significan las decisiones de gasto de una administración pública? Son sus prioridades sociales, económicas y políticas que, a su vez, revelan la concepción de Estado que propone y persigue desde una plataforma política. Esto significa que el gasto público no es solamente una operación administrativa o burocrática simple para permitir la operación de una administración gubernamental, sino que es la conjunción y, en muchas ocasiones, la oposición de fuerzas políticas que están buscando posicionar una agenda determinada.
Por lo tanto, es indispensable cuestionarnos qué es el presupuesto de la federación. Se identifica con el instrumento de política pública que es elaborado por el “Ejecutivo Federal a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público mediante el cual se establecen la cantidad, la forma de distribución y el destino de los recursos públicos de los tres poderes, de los organismos autónomos, así como las transferencias a los gobiernos estatales y municipales.”[1] En el caso específico del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF), muestra de manera ordenada y sistemática la información sobre gasto público, y los recursos se ordenan en Gasto No Programable y Gasto Programable. El primer tipo de gasto está relacionado con el manejo de la deuda pública, mientras que el programable es, por definición, el conjunto de programas gubernamentales que perfilan la estructura de las prioridades de una administración, es decir, que establece cuánto se gastará en educación, en salud, en seguridad o en mejorar en el ambiente de negocios de una economía.
Cómo leer el PEF 2020
Es importante mencionar que la planeación de gasto inicia con el establecimiento de supuestos que fijan el marco macroeconómico en el cual se moverá la economía durante el año en cuestión, y lo más importante es distinguir que los supuestos son proyecciones fundamentadas que buscan el consenso, pero que no aseguran el comportamiento real de las variables macroeconómicas, como la inflación o el crecimiento de una economía. En el caso del PEF, las principales variables macroeconómicas son: crecimiento anual del Producto Interno Bruto (PIB) real, inflación anual, tipo de cambio (al final del periodo), tasa de interés (CETES 28 días), producción petrolera (millones de barriles diarios) y precio de la mezcla (dólares por barril).
Con base en las estimaciones de estas variables la Secretaría de Hacienda estableció los escenarios de un presupuesto que pretende ser responsable desde el punto de vista macroeconómico y que, a su vez, atiende varias metas financieras como el superávit primario (fijado en 1 % del PIB) y un déficit fiscal no mayor a 1.6 % del PIB; es decir, que atendiendo al presupuesto de ingresos para 2020 y a la restricción adicional de no crear nuevos impuestos ni aumentar las tasas existentes, el equilibrio de las finanzas públicas debe ser cercano al obtenido en los años anteriores. Hasta aquí la definición del modelo.
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Basado en un optimismo irreal sobre los ingresos petroleros y tributarios, el Presupuesto de Egresos de la Federación 2020 sobreestima el crecimiento real del Producto Interno Bruto, cuyas cifras aparentan un mayor margen de maniobra para la federación, que asignó sólo el 7% del total del gasto a la generación de infraestructura productiva y 1% al fomento económico, mientras que más del 50% va para seguridad social y sector energético.
Consultora independiente y actual directora de VOS Ediciones, Verónica Orendain ha ocupado diversos cargos en el gobierno de México y en la iniciativa privada. De 2013 a 2018 lideró la Dirección General de Industrias Pesadas y de Alta Tecnología de la Secretaría de Economía (SE). En ProMéxico, organismo encargado de promover las inversiones creado en 2007 y desaparecido al inicio de este sexenio, se desempeñó, de enero de 2000 a marzo de 2008, como directora ejecutiva de Vinculación Institucional. En General Electric (GE) durante dos años 8 meses (agosto 2010-marzo de 2013), estuvo a cargo de la Subdirección de Relaciones Gubernamentales y Nuevos Negocios. Tiene un diplomado en Comercio Exterior por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y es licenciada en Economía por la Universidad Autónoma de Nuevo León.
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