Industria del plástico no está en riesgo por ‘Efecto Trump’

Mar 01, 2017 admin Más Industria, Plásticos 1

A pesar de las medidas que el gobierno estadounidense busca imponer en materia de comercio con México, las industrias del plástico de ambos países están tan estrechamente relacionadas que será difícil echarlas abajo, según prevé la Anipac.

Eduardo de la Tijera envió un mensaje de tranquilidad a los industriales del sector al asegurar que la iniciativa privada y el gobierno de México están preparados y tienen una estrategia para enfrentar la situación con Estados Unidos en caso de que este país decida salirse del TLCAN. (Foto: Vanguardia Industrial)

Por: Verónica Alcántara

CIUDAD DE MÉXICO (01/03/2017).- La relación comercial entre México y Estados Unidos en la industria del plástico es de tal envergadura que obstaculizar el comercio entre ambos países repercutiría inmediatamente en las empresas estadounidenses, por lo que se espera que durante 2017 el sector crezca entre 2.5 y 3%, de acuerdo con la Asociación Nacional de Industrias del Plástico (Anipac).

México realiza importaciones en el rubro de plástico (materias primas, productos plásticos, maquinaria y equipo) por 30,000 millones de dólares (mdd), de los cuales el 70% corresponde a Estados Unidos, cifra que equivale a 21,000 mdd.

“Quiere decir que las transacciones y las relaciones comerciales que hay entre nuestros países son de tal envergadura que está difícil echarlas abajo y todavía más difícil es porque Estados Unidos tiene un superávit en la cadena plástica impresionante respecto de México de 12,000 mdd, o sea que obstaculizar el comercio entre Estados Unidos y México en la cadena de plástico, es darse un tiro en el pie”, aseguró Eduardo de la Tijera, secretario de la Comisión Ejecutiva de la Anipac.

Durante su participación en el Foro Perspectivas de la Industria del Plástico 2017, organizado por la Anipac, detalló que ese superávit que Estados Unidos tiene con México es más o menos del orden del déficit que tiene Estados Unidos con Alemania y con China.

Sí, el efecto Trump va a hacer que bajen algunas de las expectativas económicas del país, de entrada ya las expectativas del PIB bajaron, pero de todas maneras, aún así, debido a que la industria norteamericana no ha declinado, al contrario los últimos reportes hablan de que el consumo y la producción industrial de la industria norteamericana sube, y entonces vamos a crecer porque los encadenamientos que existen al menos en el plástico con México, pues no se pueden romper de un día para otro,

dijo.

Por ello anticipó que el sector plástico crecerá entre 2.5 y 3.2%, más o menos la mitad de lo que estimaban antes de la entrada de Trump; las exportaciones tendrán un crecimiento del 3 al 4%.

“Y mucho dependerá nuevamente de lo que hagamos nosotros con nuestra participación de mercado, si la mantenemos igual rebasaremos los 5.5 millones de producción, crecerá nuestra producción de plásticos 3.1% y muy probablemente los demás indicadores de la industria de comporten de manera positiva”, argumentó De la Tijera.

El especialista afirmó que para que 2017 sea un mal año, tendría que pasar algo realmente catastrófico para que la demanda interna de plásticos se desplome, es decir, que hubiera una gran devaluación del peso, el bloqueo de las remesas, y una muy alta inflación.

Consideró que en caso de una renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan) la posición negociadora de la cadena del plástico en México sería, en su opinión personal, de bajo riesgo porque se tiene ‘un escudote’ que se llama ‘alto déficit’, y porque el ministro de Comercio estadounidense, Wilbur Ross proviene del sector plástico, de empresas como Nexeo Solutions y de IAC Group, éste último con ocho plantas de inyección en México; y el de Estado, Rex Tillerson, quién proviene de Exxon.

“En el peor escenario, si Estados Unidos se retira del Tlcan nos podemos acoger a los aranceles de la OMC que son relativamente bajos y por la logística podemos defendernos bastante bien y una cosa bien importante, nuestros mejores aliados están del otro lado, las relaciones comerciales y de negocios entre la industria del plástico de México y principalmente de Estados Unidos son tan estrechas y tan profundas que cualquier afectación a México se revierte inmediatamente a las compañías estadounidenses”, advirtió.

Eduardo de la Tijera envió un mensaje de tranquilidad a los industriales del sector al asegurar que la iniciativa privada y el gobierno de México están preparados y tienen una estrategia, ya que las asociaciones y cámaras industriales del país como Careintra, Canacintra, Anipac, Inboplast, están trabajando juntos para enfrentar esta situación, e hizo hincapié en que el sector no está en riesgo.

Cierre positivo

Al cierre de 2016, mientras que el crecimiento del PIB nacional fue de 2.3% y del PIB manufacturero 1%, el PIB del sector plástico ascendió a 5.6%, además de que todos los indicadores que inciden en el crecimiento de esta industria fueron positivos el año pasado.

Las exportaciones manufactureras crecieron 6%, las ventas al menudeo en el mercado interno tuvieron un alza de 8.7%, lo que implica que el consumo de plásticos a través de productos de consumo también creció de manera similar; también las exportaciones del sector cumplieron cuatro años de crecimientos superiores a 5% anual.

También la producción de plásticos creció en volumen 8.2%, aunque en valor decreció 7.3% por efecto del tipo de cambio; y con todos estos factores, el consumo aparente de plásticos creció en volumen 7.5% aunque en valor se contrajo 4.2% por el mismo efecto del tipo de cambio.

Creció el empleo, crecieron las remuneraciones por persona (…) creció la inversión y sin sonar peyorativo, pero si cada año estamos invirtiendo los industriales del plástico del orden de 2,000 millones de dólares, quiere decir que en cinco años invertimos 10,000 millones de dólares, que es el doble de lo que Braskem invirtió en Etileno XXI, y no es por minimizar a Braskem,

expresó De la Tijera.

Asimismo, la productividad en la industria del plástico creció 5.6% y la capacidad utilizada llegó a 84.9%; y el consumo de resinas de ingeniería creció a 450,000 toneladas debido a que ha crecido de manera exponencial la producción mexicana de partes técnicas para electrónicos y automotriz.