Inicia huelga sindicado UAW de EE.UU, a México podría costarle 76 mdd en los próximos días

Sep 15, 2023 admin Automotriz, Más Industria 0

Así lo informó la Industria Nacional de Autopartes (INA) al referirse a la huelga a través del paro de actividades en tres plantas de manufactura ubicadas en el país vecino del norte, una de Ford, otra de Stellantis y una más de General Motors. El organismo puntualizó que dicha afectación para México se podría dar de continuar esta situación durante los próximos siete días. El sindicato United Auto Workers (UAW) exige un aumento salarial de 40% en cuatro años, los fabricantes no superan la oferta del 20%, mientras que el presidente, Joe Biden, aboga por un acuerdo “justo”.

El UAW exige un aumento salarial de alrededor de 40 por ciento en cuatro años, mientras que los tres fabricantes no han superado el 20 por ciento, según el gremio. (Foto: DW)

Redacción/Vanguardia Industrial

CIUDAD DE MÉXICO (15/09/2023).- Luego de que el sindicato de Estados Unidos, el United Auto Workers (UAW), anunciara el inicio de una huelga simultánea sin precedentes en tres plantas de manufactura que corresponden a los grandes fabricantes de automóviles de ese país como son Ford, Stellantis y General Motors, la Industria Nacional de Autopartes (INA) advirtió sobre los costos y afectaciones que podría tener para México esta situación en la que los trabajadores exigen un aumento salarial de 40% en cuatro años, los fabricantes no superan la oferta del 20%, mientras que el presidente, Joe Biden, aboga por un acuerdo “justo”.

El organismo que encabeza Francisco González Díaz, estimó que “durante los próximos siete días, de mantenerse el escenario actual, el nivel de producción de autopartes a nivel nacional podría presentar una disminución de aproximadamente 76 millones de dólares (mdd)”. Y agregó que “para contextualizar la cifra, es importante mencionar que esta disminución representaría hasta el momento el 0.1% de las exportaciones mexicanas de autopartes realizadas a Estados Unidos durante 2022”.

De igual manera, dijo en un comunicado de prensa, la INA mantiene la estimación de que el nivel de empleo en el país para la industria de autopartes supere los 900 mil empleos al cierre de 2023, por lo que buscará apoyar a sus asociados para que, en caso de que exista una reducción en jornadas laborales, estos espacios puedan ser destinados al entrenamiento y capacitación en nuevas tecnologías como la electromovilidad, o bien ser dedicados al mantenimiento correctivo y preventivo de las líneas de producción.

El organismo que representa a las principales empresas de autopartes localizadas en México, aseguró que “seguirá dando puntual seguimiento a este tema, y hará actualizaciones con base en los eventos que se vayan suscitando en nuestro país vecino”.

Antes, al inicio del comunicado la INA, citó las plantas automotrices afectadas: Planta de Ensamble de Ford (línea final de ensamble y línea de pintura) en Wayne, Michigan; Planta de Ensamble de Stellantis en Toledo, Ohio; y Planta de Ensamble de General Motors en Wentzville, Missouri. Y se pronunció por un diálogo entre las partes involucradas para que éstas “lleguen a un acuerdo satisfactorio lo más pronto posible”.

Dijo: “La INA está convencida de que el diálogo es esencial en la construcción de acuerdos que sean beneficiosos para el desarrollo del sector automotriz” y lamentó que “las partes involucradas no hayan alcanzado un acuerdo hasta el momento.

Cabe destacar que esta situación de huelga que recibió el respaldo del presidente Joe Biden, amenaza la economía de Estados Unidos. El presidente del United Auto Workers, Shawn Fain, declaró este viernes por la tarde: “Hoy estamos reuniendo a nuestros miembros. Mañana estaremos en la mesa de negociación” y afirmó que los tres grupos habían recibido una “contraoferta exhaustiva”.

Pero el movimiento podría extenderse, subrayó Fain, quien instó a los aproximadamente 146 mil miembros del sindicato que trabajan para estos fabricantes a estar dispuestos a hacer huelga en función de la evolución de las negociaciones.

Un conflicto social prolongado podría tener consecuencias políticas para Biden, cuya gestión de la economía recibe críticas, en particular debido a la persistente inflación.