Japón: De la “Revolución Robot” a la realidad. ¿Fracaso o avance silencioso?

Sep 20, 2024 Kusumura Leveau Blogs 0

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Uno de los principales retos que enfrenta Japón a corto plazo es la crisis laboral causada por la disminución de su población activa. Sectores clave como la logística, la construcción y la atención médica ya experimentan una escasez crítica de trabajadores calificados. Se prevé que este problema se intensificará para 2024, un fenómeno conocido como el “problema 2024”. En este contexto, los robots están llamados a desempeñar un papel crucial para aliviar los efectos de esta falta de mano de obra, contribuyendo a mantener la productividad y eficiencia en áreas vitales.

 NAGOYA, Japón (20/09/2024).- Hace casi una década, Japón se embarcó en la “Revolución Robot”, un ambicioso proyecto destinado a transformar su tejido industrial y social. Hoy, a diez años del lanzamiento de la “Nueva Estrategia de Robots” en 2015, surge una pregunta pertinente: ¿Ha cumplido Japón con las expectativas generadas por esta revolución robótica? En un momento en que el mundo enfrenta desafíos como el envejecimiento de la población, la automatización y la inteligencia artificial, Japón, que alguna vez lideró la revolución industrial robótica, podría estar en un punto de inflexión.

 El inicio de una gran promesa: la “Nueva Estrategia de Robots” de 2015

 En febrero de 2015, el Gobierno de Japón, a través de la Oficina de Revitalización Económica, puso en marcha un plan conocido como la “Nueva Estrategia de Robots” para catapultar al país hacia el futuro. Tenía un objetivo claro: consolidar la posición de Japón como líder mundial en el uso de robots, no solo en las fábricas, sino también en otros sectores clave como el de servicios, el cuidado de ancianos y la infraestructura.

La premisa detrás de la estrategia era bastante ambiciosa. Japón, enfrentando una rápida disminución de la población activa debido al envejecimiento demográfico, necesitaba una solución innovadora para abordar los desafíos de la escasez de mano de obra en sectores clave. Los robots, desde entonces, han sido vistos como una pieza fundamental para llenar ese vacío. Sin embargo, lo que comenzó como un movimiento audaz para cambiar la estructura económica y laboral de Japón, hoy enfrenta una realidad más compleja.

De la fantasía a la realidad: el avance del mercado de robots

En estos diez años, el mercado de robots ha experimentado una maduración evidente. Atrás quedaron los días en que la robótica se promocionaba como una solución casi mágica para todos los problemas. En su lugar, hemos visto un avance más realista y gradual, con la robótica encontrando su espacio natural en sectores donde su uso tiene una efectividad tangible y mensurable.

La evolución de los robots industriales es un claro ejemplo. En sus inicios, los robots se limitaban principalmente a tareas repetitivas y estandarizadas en sectores como la automoción y electrónica. Sin embargo, hoy en día, su presencia se ha expandido a industrias como la manufactura de alimentos

y semiconductores, donde la flexibilidad y adaptabilidad son cada vez más necesarias.

En 2022, la Federación Internacional de Robótica reportó que el número de robots industriales en operación había alcanzado casi los 4 millones de unidades en todo el mundo, con un incremento anual del 12.2%. Japón sigue siendo uno de los principales actores en este campo, pero la competencia global también ha aumentado, especialmente desde China y Alemania.

El boom de los robots de servicio: ¿una oportunidad no aprovechada?

Mientras los robots industriales continúan su avance, los robots de servicio, diseñados para interactuar directamente con humanos, representan una nueva frontera. Japón fue pionero en el desarrollo de robots humanoides como Pepper, que capturó la atención global cuando fue presentado por SoftBank en 2014. Sin embargo, a pesar del entusiasmo inicial, la adopción masiva de este tipo de tecnología ha sido más lenta de lo esperado. Los robots de servicio han ganado popularidad en áreas como la limpieza y la logística en espacios cerrados, pero todavía están lejos de reemplazar tareas humanas más complejas.

El gobierno japonés, reconociendo esta oportunidad, ha trabajado activamente para crear entornos “robot-friendly”, facilitando la integración de robots en sectores como la salud, la construcción y la logística. Un ejemplo reciente es la reforma de la Ley de Tráfico Vial en 2023, que permite el uso de robots de entrega de baja velocidad en vías públicas. Esto marca un paso adelante hacia una sociedad donde los robots no solo serán compañeros en la industria, sino también en la vida diaria.

Desafíos

Sin embargo, aún queda mucho por recorrer. A pesar de los esfuerzos del gobierno y de la industria privada, los robots de servicio todavía enfrentan barreras tecnológicas y sociales. La fiabilidad, la capacidad de operar en entornos no estructurados y la aceptación por parte del público general siguen siendo grandes desafíos.

 Innovación en la encrucijada: el futuro del mercado robótico japonés

Una de las claves para el éxito en el mercado de la robótica radica en la integración de esta tecnología con otras innovaciones emergentes, como la inteligencia artificial (IA) y la digitalización. En Japón, empresas líderes como Fanuc, Kawasaki Heavy Industries y Mitsubishi Electric han destacado en la incorporación de IA y visión por computadora en sus sistemas robóticos. Esta convergencia tecnológica ha posibilitado la automatización avanzada de tareas complejas, que hasta hace poco se consideró demasiado desafiantes o costosas para los robots, abriendo nuevas oportunidades en diversos sectores industriales.

Pero mientras Japón ha avanzado significativamente en la automatización industrial, se enfrenta a una dura competencia global. China, en particular, ha intensificado su inversión en robótica de manera agresiva y, para 2022, superó a Japón en número de robots industriales en operación. Esta competencia ha obligado a Japón a acelerar su ritmo de innovación. Sin embargo, también ha dejado en evidencia la necesidad de que el país redefina su estrategia para adaptarse mejor a las dinámicas actuales del mercado.

2024: El desafío de la escasez laboral y el papel de los robots en una sociedad envejecida

Uno de los mayores desafíos que enfrenta Japón en el corto plazo es la crisis laboral provocada por la disminución de la población activa. En sectores como la logística, la construcción y la atención médica, la falta de mano de obra calificada se está volviendo crítica. Para 2024, se espera que este problema se agrave aún más, un fenómeno conocido como el “problema 2024”. En este contexto, los robots están llamados a desempeñar un papel fundamental para mitigar los efectos de la escasez de mano de obra.

Los robots no solo pueden llenar el vacío de la falta de trabajadores, sino que también pueden mejorar la productividad y la eficiencia en sectores clave. En la construcción, por ejemplo, empresas japonesas están utilizando robots para tareas peligrosas y repetitivas, reduciendo el riesgo para los trabajadores y mejorando la velocidad de los proyectos. Del mismo modo, en el sector agrícola, los robots están comenzando a ser utilizados para cosechas automatizadas, lo que es crucial en un país donde la mano de obra rural está envejeciendo rápidamente.

Conclusión: ¿Dónde está Japón en la carrera global de robots?

Japón sigue siendo un actor clave en el ámbito de la robótica, pero la realidad ha dejado claro que la “Nueva Estrategia de Robots” de 2015 fue solo el inicio de un largo camino. Aunque el país ha logrado avances importantes en la incorporación de robots en sectores industriales y de servicios, aún enfrenta desafíos significativos, tanto tecnológicos como sociales. La competencia global, especialmente en robótica, es intensa, y Japón deberá adaptarse y acelerar su innovación si quiere mantener su posición.

La próxima década será decisiva para determinar si Japón logra convertir su visión de una sociedad impulsada por robots en una realidad, o si su liderazgo será superado por competidores más dinámicos. El éxito dependerá no solo de los avances tecnológicos, sino también de la capacidad del país para integrar de manera eficiente la robótica en su estructura económica.

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