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Mar 11, 2014 Damián Amaya Innovación Competitiva 0
A lo largo de nuestra experiencia hemos escuchado historias de éxito y de terror, respecto a los resultados logrados en los proyectos de desarrollo tecnológico de la Industria Privada (IP) y de centros de investigación públicos como los del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), así como universidades y otros institutos de investigación.
“Nos entregan un frasquito y dicen: aquí está el producto final de tu proyecto”, comenta un empresario que pensó que el resultado estaría en formato de escala industrial y comprobado fuera de condiciones benevolentes y controladas de laboratorio.
También conocemos la óptica de los investigadores: “El Programa de Fondos de Estímulos a la Innovación no quiere decir que podemos hacer un proyecto especificado con ciertos alcances iniciales, leer la mente para llenar los espacios vacíos y terminar con productos a escala industrial no acotados en el proyecto, fuera del alcance de la cotización y del espíritu original de la convocatoria”, afirma un investigador de un centro Conacyt.
La verdad indiscutible es que México requiere mayor competitividad, que genere y sostenga mejores empleos. Una de las maneras de lograrlo es por medio de la creación de brechas tecnológicas, que dificulten a los competidores descifrar la manera en que se lograron las ventajas generadas y permitan así capitalizar por más tiempo la distancia que los separa de aquellos que decidieron no hacer nada.
En el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) de 2014, se prevé una asignación de 4,000 millones de pesos (mdp) para el Programa de Estímulos a la Innovación del Conacyt, los cuales deberán “estimular” la innovación que la industria realiza.
Ésta,apoyada por Fondos del Conacyt, está cada vez más vinculada con la academia de acuerdo con datos del Foro Consultivo Científico y Tecnológico (FCCYT). El porcentaje de proyectos aprobados que se encontraron vinculados creció desde un 69% en 2009 hasta un 91% en 2012.
El incremento en la vinculación puede deberse a que las empresas han obtenido mejores resultados y, por ello, recurren a esa modalidad o se vinculan sólo para cumplir los requisitos de la convocatoria.
En aquellas empresas que se vinculan y que, por “azares del destino”, no llegan a los resultados esperados es común que se generen puntos de vista encontrados, diferencias y hasta distanciamiento entre los participantes. Con todo y esto, de todas formas se requirieron erogaciones importantes de las empresas, además del estímulo recibido por el Conacyt.
Continuando con el escrutinio del indicador, si del total del 91% de los proyectos cada vez más vinculados no podemos diferenciar: cuáles en realidad crearon brecha competitiva y cuáles solamente consumieron recursos valiosos.
Asimismo, cuáles ya no participaron por malas experiencias de vinculación y cuáles están en el porcentaje solamente por el oportunismo y/o novedad de lograr un fondo.
Estamos entonces, ante la posibilidad de estar acelerando la tasa de desencanto, malgastando recurso valiosos o desaprovechando un crecimiento de competitividad acelerado al dejar que pasen desapercibidas lecciones aprendidas que podrían transferirse de proyectos exitosos a proyectos aprobados.
Así nacerían círculos virtuosos sostenidos y se mitigarían “los azares del destino” que aparecen en todos los proyectos.
Del 100% de los proyectos apoyados, ¿Cuántos crees que realmente generaron brechas competitivas como las que México necesita?
Un caso de éxito de vinculación
También existen suficientes historias de buenas experiencias en muchos proyectos a lo largo y ancho de todo México. Una de ellas, involucra a una empresa de servicios ambientales, que se encuentra finalizando un proyecto en vinculación con el Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico en Electroquímica (CIDETEQ) en Querétaro, mismo que es apoyado por fondos del Conacyt.
En este caso, la empresa nos involucró para sumar a las exploraciones tecnológicas, sesiones de solución inventiva de problemas, análisis de modo y efecto de falla de diseño y arquitectura funcional de productos y plataformas tecnológicas.
La primera sorpresa sucedió durante la exploración tecnológica: después de las innumerables patentes, papers y referencias comerciales que tuvimos que investigar, nos dimos cuenta que el desarrollo que están realizando todavía no se encuentra en el estado del arte, es decir, realmente estábamos ante un desarrollo de frontera; sólo algunos documentos científicos y patentes mencionaban temas tangenciales pero ninguno exactamente como ellos lo han resuelto.
El siguiente punto fundamental fue que el equipo conformado por especialistas de la empresa e investigadores del CIDETEQ; parecían compartir la misma visión, los mismos valores y la misma pasión por encontrar “el cómo sí” a los retos. Todas las partes estaban en el mismo barco, no se interpretaban a sí mismos con roles de cliente-proveedor.
Por último y lo más importante: la empresa y el CIDETEQ no escatimaban en esfuerzos y sacrificios por procurar sesiones de trabajo presenciales, debiendo viajar a la sede que fuese necesaria y teniendo que converger esquivas agendas múltiples cuantas veces las etapas del proyecto así lo demandaran.
Tal fue el caso de las Sesiones de Solución Inventiva para las cuales nos trasladamos junto con los especialistas de la empresa a Querétaro, en donde se desahogaron los algoritmos y se desarrollaron las sesiones, creando así varios embodiments conceptuales a partir de la plataforma tecnológica que ellos habían generado.
Los involucrados en el proyectos trabajaron de una forma coordinada y con una excelente comunicación; esto permitió hacer críticas y análisis, sin mermar la iniciativa de ninguno de los del equipo. Era el balance justo entre disciplina racional, habilidades interpersonales y sentido genuino de colaboración.
En nuestra opinión, la vinculación es la mejor estrategia para que la IP pueda acceder a desarrollos tecnológicos de frontera, pero “acceder” no necesariamente significa “lograr” o “capitalizar”.
El éxito de un proyecto no depende de que haya estado vinculado o no, depende de la capacidad de definición acertada, estructuración, adecuación, disciplina, talento y agilidad en la ejecución.
Habrá que entender que lo que México necesita es mayor competitividad y ello no se logra necesariamente con más proyectos, sino con mejores proyectos, más acertados y correctamente ejecutados por gente talentosa.
Si los responsables fallan en conceptualizar aquél proyecto que le conseguiría mayor competitividad a la empresa, entonces a pesar de que el proyecto lo vinculen con todos los centros Conacyt, todas las universidades y todos los institutos, de todas maneras no logrará el éxito que como mexicanos requerimos.
No creará competitividad con brecha tecnológica que genere y sostenga mejores empleos después de los beneficios financieros que pudo haber logrado.
México tiene mucho talento en los centros de investigación del Conacyt, en las universidades, en los institutos y en los especialistas relacionados con innovación y desarrollo en la industria.
El reto, es identificarlos para que sean ellos quienes estén involucrados en la tarea tan crítica que es el desarrollo de competitividad “estimulada” por fondos de ciencia y tecnología.
Basta entender que “hasta la estrategia más elevada termina reduciéndose a la altura de las personas encargadas de operarla” para dimensionar el impacto que tiene el asegurarse de articular equipos talentosos para los proyectos que necesitamos.
Y como reflexión a lo anterior les dejo las siguientes interrogantes:
¿Qué resultados habríamos de esperar del ejercicio del presente año? ¿Qué porcentaje de proyectos realmente contribuirán a crear la competitividad que buscamos como mexicanos?
A lo largo de nuestra experiencia hemos escuchado historias de éxito y de terror, respecto a los resultados logrados en los proyectos de desarrollo tecnológico de la Industria Privada (IP) y de centros de investigación públicos como los del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), así como universidades y otros institutos de investigación.
Director del despacho Prodavant especializado en servicios de Innovación Industrial y Vigilancia Tecnológica.
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La Industria Aeroespacial sigue despegando en estados como Guanajuato, nuestra especialista Silvia Ortiz de Vanguardia Industrial, nos explica la detonación de este sector en #NoticiasW con #VeroMéndez pic.twitter.com/itZ8boXKcU
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