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Mar 01, 2022 admin Economía, Más Industria 0
Luego de que la mañana del pasado 24 de febrero el presidente de Rusia, Vladimir Putin, invadió con sus tropas a Ucrania – país que ha reportado hasta el momento, un saldo de 200 civiles y decenas de militares muertos desde el pasado jueves, incluyendo a 16 niños, así como 1,684 heridos, entre ellos 116 menores—, este lunes 28 de febrero, en medio de la continua ofensiva rusa, iniciaron las negociaciones entre delegaciones de ambas naciones, en una jornada en la que Ucrania pidió alto al fuego y el retiro de las tropas rusas de territorio ucraniano. Mientras, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, urgió la entrada de su país a la Unión Europea.
Redacción/Vanguardia Industrial
GÓMEL, Bielorrusia (28/02/2022).- Con un saldo de 200 civiles y decenas de militares muertos, incluyendo a 16 niños, así como 1,684 heridos, entre ellos 116 menores, reportados por Ucrania desde la invasión que ordenó el presidente de Rusia, Vladimir Putin, la mañana del pasado jueves 24 de febrero –además del desplazamiento de por lo menos 110,000 personas a países vecinos y 160,000 desplazados internos, según informes de la Organización de Naciones Unidas (ONU)—, este lunes 28 de febrero se iniciaron en Bielorrusia, las negociaciones entre ambas naciones, en una jornada en la que la delegación ucraniana, haciendo eco del llamado de su presidente a un alto al fuego “inmediato”, pidió a la representación de Rusia el cese al fuego y el retiro de las tropas rusas de suelo ucraniano, mientras el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, solicitó pública y “urgentemente” la entrada de su país a la Unión Europea.
Este conflicto tiene antecedentes en 2014 cuando en Kiev, la capital de Ucrania, miles de ciudadanos proeuropeos salieron a las calles a protestar contra el entonces presidente Víctor Yanukóvich por sus inclinaciones hacia las doctrinas del Kremlin, ocasión que Putin vio como oportunidad para invadir y recuperar Crimea —al sur de Ucrania y estratégica por ser la salida de Rusia al mar Negro—, una península que había perdido tras la Segunda Guerra Mundial.
Los enfrentamientos de entonces acabaron con la ocupación y dominio de Crimea, territorio que a pesar de las protestas y sanciones que le han merecido a Rusia, Putin ha asegurado que jamás devolverá y que ahora vuelven a tener lugar, pero en la zona del Donbás, al este de Ucrania.
Así, en un acto de agresión de tal magnitud que ya ha sido calificado por el primer ministro de Bélgica, Alexander De Croo, como uno de los episodios más oscuros de Europa desde 1945 –cuando concluyó la Segunda Guerra Mundial—, Rusia inició la invasión a Ucrania entrando a la región separatista del Donbás, integrada por las autoproclamadas repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk, invasión, que ha avanzado ya hasta sitiar la capital, Kiev, y rodear la segunda ciudad importante del país, Járkov, que el domingo pudo resistir la embestida de las tropas rusas, mientras el gobierno de Ucrania ha informado que Berdiansk, en el mar de Azov, está “ocupada” por los rusos, y éstos, a su vez, han reportado que ya tomaron la ciudad de Energodar y tienen rodeada la localidad de Jersón, al oeste del país. La central de Chernóbil, al norte de Ucrania, también está ya bajo el control ruso, cuyo parte militar asegura que tienen completamente protegida y controlada la zona de la planta de energía nuclear de Zaporozhye, en Ucrania, la mayor central nuclear de Europa y tercera del mundo.
Además, las fuerzas rusas “en violación del derecho humanitario internacional”, han atacado zonas habitacionales en las ciudades de Zhitomir y Chernígov, y en la localidad de Cherkassy, mientras que al sureste de la capital, se registró un enorme estallido, presumiblemente producto de un misil dirigido a un depósito de municiones
Con este escenario y no obstante la existencia de informes sobre el apoyo a la invasión rusa del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko – quien al parecer prepara tropas como refuerzo a la agresión contra Ucrania—, Zelenski envió una representación diplomática a negociar con Rusia.
De este modo, en Gómel, una zona muerta de Bielorrusia, iniciaron las negociaciones entre las delegaciones de Rusia y Ucrania, ante el escepticismo del presidente Zelenski quien, al respecto declaró: “Como siempre: realmente no creo en el resultado de esta reunión, pero intentémoslo”.
Aunque la ofensiva rusa continúa, en el aeropuerto y otros objetivos de los alrededores de Járkov, ésta ha disminuido su ritmo, afirmó el Estado Mayor de Ucrania: “Los ocupantes rusos desaceleraron el ritmo de la ofensiva, pero siguen tratando de obtener éxitos en algunas áreas”.
Así, se llevó a cabo la primera jornada de negociaciones ruso-ucranianas, en la que la delegación ucraniana ha planteado que “la cuestión clave es un alto el fuego y la retirada de las tropas del territorio ucraniano”. De acuerdo con el asesor de la oficina presidencial de Ucrania, Majaíl Podolyak, “las partes han esbozado unos temas prioritarios sobre los que se vislumbran ciertos avances”. Por su parte, la delegación rusa únicamente ha expresado que esperan lograr un acuerdo beneficioso para las dos naciones.
Apoyo europeo “sin precedentes”
Entre tanto, antes del inicio de las negociaciones, el mandatario ucraniano llamó a las tropas rusas a “deponer las armas” de manera inmediata: “Bajen las armas, salgan de aquí, no crean a sus comandantes” y en un mensaje a la nación, pidió formalmente a la Unión Europea la adhesión a ésta de Ucrania, para lo cual solicitó a esta comunidad de estados europeos un “nuevo procedimiento especial”, a través del cual, “urgentemente” integren a Ucrania, pues considera “justo”, “estar con todos los europeos y, sobre todo, estar en igualdad de condiciones”.
El primer mandatario de Ucrania, quien apenas hace tres días, el pasado viernes 25 de febrero, criticó la respuesta de occidente a la invasión rusa al destacar en su mensaje a la nación que “estamos defendiendo solos a nuestra nación”, aseguró hoy que el apoyo de Europa no tiene precedentes.
En su mensaje del viernes pasado, Zelenski aseguró que “están matando gente y convirtiendo ciudades pacíficas en objetivos militares” y calificó el hecho de “repugnante y nunca será perdonado”, al tiempo que cuestionó: “¿Quién está preparado para luchar con nosotros? no veo a nadie”.
En contraste, este lunes el mandatario destacó que se encuentra en pláticas con sus pares de Portugal, Lituania, Francia y Polonia y con los primeros ministros de España, Bélgica y Reino Unido, quienes han expresado un apoyo que no tiene precedentes, en contra de la aducida “operación militar especial” del presidente ruso, Vladimir Putin, iniciada la mañana del pasado jueves 24 de febrero en una presunta defensa de la población rusófona que vive en Ucrania, principalmente en la región separatista prorrusa de Donbás, argumentando que la acción militar rusa era para “desmilitarizar y desnazificar Ucrania”.
Las acciones de Rusia se apresuraron después de meses de tensiones crecientes, ante el panorama de aumento de las tropas de la OTAN cerca de la frontera con Ucrania en la región del Donbás.
Cabe señalar que otro factor en el conflicto es la presencia de tropas de la OTAN en Ucrania ya que Rusia rechaza categóricamente la adhesión de Ucrania a la OTAN, pues con ello perdería toda influencia en Ucrania, país que con su inclusión en la OTAN –conocida también como la Alianza Atlántica, que es una alianza militar intergubernamental que se rige por el Tratado del Atlántico Norte o Tratado de Washington, firmado el 4 de abril de 1949—, se occidentalizaría y tomaría su propio camino en la política internacional.
Otro aspecto que aceleró la decisión rusa de invadir Ucrania fueron los bombardeos, el pasado 18 de febrero, en la región del Donbás, entre rebeldes prorrusos y militares ucranianos.
Ya desde el pasado día 15, en una decisión casi unánime, la Duma o cámara baja del Parlamento ruso le pidió a Putin el reconocimiento como independientes, de ambas entidades prorrusas, bajo el argumento de “agresión militar de las autoridades ucranianas”, con “bombardeos masivos del territorio de Donbás, por los que sufre la población civil”.
Así, luego de los bombardeos a la región separatista del día 18, el pasado 21 de febrero el presidente ruso, Vladimir Putin, reconoció públicamente la independencia de dicha región, para ordenar, tres días después, la invasión a Ucrania, con lo que quedó descartada la eventual reunión que el mandatario llevaría a cabo con su homólogo de Estados Unidos, Joe Biden, en un último esfuerzo por evitar la guerra ruso-ucraniana.
Luego de que la mañana del pasado 24 de febrero el presidente de Rusia, Vladimir Putin, invadió con sus tropas a Ucrania – país que ha reportado hasta el momento, un saldo de 200 civiles y decenas de militares muertos desde el pasado jueves, incluyendo a 16 niños, así como 1,684 heridos, entre ellos 116 menores—, este lunes 28 de febrero, en medio de la continua ofensiva rusa, iniciaron las negociaciones entre delegaciones de ambas naciones, en una jornada en la que Ucrania pidió alto al fuego y el retiro de las tropas rusas de territorio ucraniano. Mientras, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, urgió la entrada de su país a la Unión Europea.
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