Última actualización noviembre 22nd, 2024 7:38 AM
El reto es transformar la oferta de formación de ingenieros y técnicos, pues para 2030 el 85% de los egresados ocuparán un puesto cuya actividad hoy se desconoce y el 60% de los roles u oficios en empresas e industrias habrán sido digitalizados y automatizados.
CIUDAD DE MÉXICO (16/02/2021).- “Para entender la forma en que los países crecen y se desarrollan, es esencial conocer cómo aprenden, cómo se vuelven más productivos y qué pueden hacer sus gobiernos para promover el aprendizaje, en el entendido que, si algo marca la diferencia entre los países desarrollados y los menos desarrollados no son tanto los recursos ni las capacidades de producción, sino las brechas en el conocimiento”
Este axioma de Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía 2001, tiene gran significancia en el contexto actual de la economía digital, en el que nuevas tecnologías, como la robótica, el big data, la realidad virtual, la inteligencia artificial, entre otras, aceleran la transformación y nos conducen precipitadamente hacia la quinta revolución industrial. Mientras que Estados Unidos y China se disputan la supremacía, los países del sureste asiático mantienen el ritmo de crecimiento que ya les caracteriza y por su parte, Europa se reorganiza y realinea sus políticas públicas para enfrentar el desafío de la transformación digital y sacar ventaja de ella.
En México, hay que decirlo, no estamos aún en la jugada. Pero consideramos que, a pesar del rezago, todavía estamos a tiempo de enfocar esfuerzos para hacer crecer la economía basados en procesos productivos intensivos en conocimiento e innovación, generando mayor valor agregado con criterios de inclusión social. El no hacerlo es como poner al país en reversa y alejarnos de la oportunidad que trae consigo esta tendencia de transformación.
Conscientes de ello, y con la directriz de nuestro presidente Francisco Cervantes Díaz, en la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (Concamin), diseñamos un conjunto de propuestas de política pública que denominamos “Hacia una industria del Futuro con Inclusión social”, mismo que, tan sólo una semana después de la elección, pusimos en manos del entonces presidente electo Andrés Manuel López Obrador, quien las recogió con interés para nutrir la política pública industrial que se comprometió a establecer durante su gobierno: “se terminó la era en la que prevalecía la errónea idea de que la mejor política industrial es la que no existe”, sentenció esa mañana.
“Hacia una industria del Futuro con Inclusión social” integra un conjunto de iniciativas, estrategias y proyectos para incentivar el incremento de la productividad y la competitividad de los distintos sectores industriales considerados estratégicos, ello mediante el fortalecimiento de las capacidades de innovación en el país.
Teniendo claro que, hasta el día de hoy, ni la robótica ni la inteligencia artificial tienen los alcances suficientes para generar innovaciones por sí solas, sino que el éxito en los procesos de adopción tecnológica, innovación y transformación recae en la capacidad de las personas que están a cargo de ellos, para la Concamin, el único progreso es humano. Por esta razón, nuestra propuesta de política industrial coloca al ser humano al centro de todas las estrategias por lo que resulta imperativo, desarrollar talento con competencias en los nuevos campos tecnológicos generados por la Cuarta Revolución Industrial, para dar viabilidad a nuestro transito hacia la quinta.
Con esta visión, establecimos como objetivo primordial fortalecer y diversificar la vinculación con las principales instituciones de investigación y de educación del país: el Colegio de México (Colmex), el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto Politécnico Nacional (IPN), el Tecnológico Nacional de México (TNM), el subsistema de Universidades Tecnológicas y Politécnicas, el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep).
Los oficios del futuro
A partir de ello hemos establecido un diálogo para incidir en la pertinencia de la oferta educativa en el nivel superior y medio superior, así como en la investigación aplicada, compartiendo nuestra visión de los nuevos perfiles que ya se están requiriendo para avanzar hacia una industria del futuro próspera, con inclusión social. El reto es transformar la oferta de formación de ingenieros y técnicos teniendo muy presente que para 2030 el 85% de los egresados ocuparán un puesto cuya actividad hoy se desconoce. El 60% de los roles u oficios en las empresas y las industrias habrán sido digitalizados y automatizados.
La transformación es tan acelerada que si en los años 70´s el ciclo de vida de una competencia técnica era de 20 años, hoy en día ese ciclo de vida se ha reducido a sólo 2 años.
Estas primeras observaciones conducen a una reflexión más profunda por parte de la Concamin sobre las competencias requeridas, pero también sobre las transformaciones a realizar para elevar las posibilidades de nuestras empresas para insertarse a un mercado globalizado y en constante evolución.
¿Qué debemos anticipar? ¿Cómo trabajaremos mañana? ¿Cuáles son los trabajos que van a aparecer? ¿Qué tareas serán automatizadas? ¿Cuáles son las competencias para desarrollar? ¿Cómo adaptarse y entrenarse para que estos cambios sean de beneficio? ¿Cómo tomar sus decisiones para avanzar hacia oficios que sean inspiradores? ¿Qué papel pueden y deben jugar los equipos de Recursos Humanos en estas transformaciones? Son algunas de las preguntas que requieren respuestas y acciones.
La transformación es digital e invade a todos los sectores económicos y sociales, lo que ha generado un gran déficit en diversos perfiles como: diseño, gestión de proyectos, programación, análisis de datos, ciberseguridad, inteligencia artificial, mantenimiento predictivo, etcétera. Ningún oficio escapará de estos cambios, de ahí la importancia de la “formación a lo largo de la vida”, una educación inicial con fuertes bases de razonamiento lógico para poder fácilmente integrar cursos permanentes de capacitación.
En este contexto, en Concamin estamos impulsando una estrategia “Triple hélice” –modelo de colaboración conjunta entre academia, industria y gobierno—para implementar en diversos puntos de la geografía nacional “Centros de Innovación” a fin de apoyar a las empresas de los sectores estratégicos a acelerar sus procesos de adopción tecnológica e incrementar sus capacidades de innovación.
Como consecuencia de lo anterior han resultado diversos proyectos ya realizados, en ejecución o próximos a iniciar, como son los siete “Centros Concamin de Innovación y Diseño Digital”, que en estrecha coordinación y con el apoyo de la Secretaría de Economía se construyen y operan para servir a las industrias automotriz y aeroespacial a través de sus clústeres locales y desde las estructuras de educación superior en las que se alojan.
Para leer el texto completo consulte la edición de Febrero de la Revista B2B:
AQUÍ: https://cutt.ly/Pz1i75P
El reto es transformar la oferta de formación de ingenieros y técnicos, pues para 2030 el 85% de los egresados ocuparán un puesto cuya actividad hoy se desconoce y el 60% de los roles u oficios en empresas e industrias habrán sido digitalizados y automatizados.
Es Presidente de la Comisión de la Industria 4.0 y de Innovación de la Concamin y Embajador para México de la “Alianza Industria del Futuro”, de Francia.
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La Industria Aeroespacial sigue despegando en estados como Guanajuato, nuestra especialista Silvia Ortiz de Vanguardia Industrial, nos explica la detonación de este sector en #NoticiasW con #VeroMéndez pic.twitter.com/itZ8boXKcU
— Vanguardia Industrial (@Vanguardiaind) September 13, 2023