Barrera de entrada, innovación competitiva (Parte 2 de 2)

Feb 09, 2016 admin Automotriz 0

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Los algoritmos de solución inventiva de problemas son una metodología clave en la innovación, destacó el fundador de PRODAVANT Damián Amaya, durante el panel “Desarrollo de Proveedores de la Industria Automotriz” organizado por Vanguardia Industrial y EJKrause, en el marco de Expo Manufactura 2016.

Por: Blanca Soria/Enviada

MONTERREY, Nuevo León (09/02/2016).- La mejor solución posible a un problema de innovación es a través de un algoritmo de solución inventiva de problemas, afirmó el especialista en este tema Damián Amaya, durante el segundo día de actividades de la Expo Manufactura 2016.

Al participar como ponente en el panel “Desarrollo de Proveedores de la Industria Automotriz”, organizado por Vanguardia Industrial y EJKrause,  Amaya, fundador y CEO de PRODAVANT expuso que frente a un problema de innovación, ingeniería o ingeniería de producto o manufactura “hay dos caminos: resolverlo esperanzado a la inspiración, a ver qué se te ocurre, o resolverlo de manera metodológica exhaustiva y sabiendo que eso te va a dar la mejor solución”.

Así lo planteó el experto al enfatizar que existen algoritmos para resolver de manera inventiva los problemas. El más conocido, dijo, es la Teoría para Resolver Problemas de Inventiva (TRIZ, por sus siglas en ruso “Tieoriya Riesheniya Izobrietatielskij Zadach”) de Genrich Altshuller, “quien revisó muchísimas patentes y empezó a detectar patrones de solución”, refirió.

TRIZ: La inventiva y la creatividad pueden ser aprendidas

Al percatarse de que no existía una metodología para inventar, Altshuller –examinador de patentes en la ex Unión Soviética– estudió cerca de 200 mil registros entre 1946 y 1985, enfocándose en identificar primero, el problema y después la táctica que se aportó para solucionarlo. Con ello descubrió  la existencia de un patrón de pautas inventivas.

Con TRIZ,  Altshuller plantea una hipótesis acerca de la existencia de principios de creatividad universal sobre los cuales se pueden realizar innovaciones creativas de avances tecnológicos. La identificación y codificación de dichos principios ofrecerían la forma de hacer más predecible un proceso creativo.

Así, descubrió que hay leyes objetivas en la evolución de sistemas técnicos, lo que dio lugar a que descartara el azar como un proceso en dicha evolución.

TRIZ prevé ocho patrones de evolución de sistemas técnicos –para desarrollar sistemas y resolver problemas– que contradijeron  la teoría de otros científicos acerca de que la inventiva dependía de factores personales, circunstanciales, accidentales o de inspiración. Por el contrario, Altshuller descubrió ciertos principios que eliminan contradicciones técnicas y facilitan la invención. De esta forma, la inventiva es más fácil si el inventor conoce esos principios.

Con base en ello, Altshuller planteó la premisa de que la inventiva y la creatividad pueden ser aprendidas. Y señalaba: “Puedes esperar 100 por inspiración, o resolver el problema en 15 minutos con estos principios”.

TRIZ no es la única, hay muchas metodologías dirigidas a hacer paralelismos entre problemas de diferentes disciplinas que han sido resueltos de la misma forma, dijo Amaya –quien tiene maestrías en productividad e Ingeniería del producto–, sin embargo hizo hincapié en uno de los puntos de aplicación de este algoritmo que se refiere a que muy frecuentemente la traba para resolver un problema está en que su solución no se encuentra dentro de las competencias del personal designado para ello.

El algoritmo, explica, hace un barrido por todo el universo de lo posible, pero

el martillo piensa que todas las dificultades son clavos’. Es decir, si tú tienes una especialización o tu equipo está  muy homogéneo en cierta disciplina tecnológica,  a todo le va a querer ver ‘cara de clavo’ y no necesariamente los problemas se van a resolver de la forma en la que el equipo piensa que se puede solucionar,

advirtió.

Planeación tecnológica, longevidad empresarial

Al insistir en la importancia del estado de resultados, el ejecutivo de PRODAVANT destacó que la planeación tecnológica está muy relacionada con alineación estratégica y señaló que no basta con tener definida la misión y la visión de la empresa pues muchas veces, dijo, éstas son un poema que “se escucha bonito, pero ¿cómo influye en el estado de resultados?”, cuestionó.

“Puedes tener en la empresa un tráiler de 18 ruedas, pero todas alineadas hacia diferentes vectores, entonces vas a tener forzada la máquina y piensas ‘necesito más de esto’; ¡no! Necesitas alinear las llantas”, ejemplificó al hacer un paralelismo entre las ruedas del tráiler y los empleados de una empresa.

El especialista –quien tiene entre su cartera de clientes empresas grandes  con procesos de transformación complejos, instituciones  y centros de investigación, ciencia y tecnología, así como clústers regionales de base tecnológica– explicó que la planeación estratégica parte de identificar las oportunidades en el ámbito competitivo.

Para lograrlo, detalló, es necesaria la vigilancia tecnológica –para detectar las fortalezas y debilidades de tus competidores y del mercado–, la identificación de brechas  y a partir de ahí, la detección de tecnologías a nivel agregado, a fin de generar plataformas, no proyectos específicos, distinguió.

Amaya subrayó la importancia de generar plataformas tecnológicas de las cuales se deriven varios proyectos para que, integrados de esta forma, se conviertan en un portafolio y una agenda de desarrollo tecnológico, que a su vez constituyan una planeación tecnológica.

Con esta estructura, explicó, cada proyecto y cada actividad que se lleve a cabo se podrá conectar con el nivel más agregado de planeación que tenga la empresa, está, en función de los espacios o coyunturas donde  tenga oportunidad de ganar, para asegurar la prevalencia de la empresa.

Ineficiencias en investigación y desarrollo

Al abordar el tema de las ineficiencias de los esfuerzos  de investigación y desarrollo en las empresas de la industria automotriz, Amaya consideró que el primer lugar lo ocupan los esfuerzos aislados de desarrollo tecnológico que consisten en implantar alguna tecnología únicamente por que la utiliza la competencia.

“Ahí viene la parte de lógica irracional: ¿Y si se tiran a un pozo, tú también lo haces?”, cuestionó y expuso la necesidad de entender que una empresa actúa con base en razones individuales y específicas que no necesariamente son las mismas que las de su competencia, abundó.

Entonces, insistió, el primer problema de las ineficiencias de desarrollos tecnológicos o investigación y desarrollo son  esfuerzos desarticulados  que no aprovechan la economía de escala –las ventajas por reducción costos que se presentan en una empresa debido a su expansión–. Por eso, la planeación a nivel plataformas tecnológicas, es fundamental.

Identificar los temas estratégicos tecnológicos de una empresa permite proyectar lo que se espera en cinco años, por ejemplo, dijo, qué tipo de materiales avanzados se van a estar manejando, qué clase de sistemas se va a necesitar integrar en los procesos productivos y a partir de ahí hacer ajustes, especificó el experto, quien antes de fundar PRODAVANT se desempeñó en la industria dirigiendo áreas de investigación y desarrollo tecnológico de nuevos productos, colaborando con centros de investigación en México, Estados Unidos y Canadá.

Amaya identificó la administración estratégica del portafolio de proyectos como segundo factor de ineficiencias, pues con tanta diversificación, un aspecto prioritario es balancear las probabilidades y eventos, en los que por ejemplo, asentó, un eje sea el grado de innovación, otro sea la cuota de mercado y uno más, cualquiera que éste sea, se mida con el tamaño de burbuja que significa la potencialidad de éxito del proyecto, evitando así concentrar los esfuerzos únicamente en los cuadrantes óptimos, porque cuando el proyecto no se concreta, el resultado es de pérdidas.

Sin embargo, determinó, si las expectativas se encuentran repartidas también entre otros factores u otros proyectos será más fácil tener flexibilidad para adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado y superarlas con éxito.

Y el tercer factor de ineficiencia más importante, enumeró,  es la falta de implementación de mapas de ruta tecnológicos, (TRM por sus siglas en inglés: Technology Roadmaps), ya que éstos le dan la parte dinámica a la planeación tecnológica y encadenan  todos los elementos a los que se les puede dar trazabilidad, como por ejemplo, tendencias,  políticas económicas, sociales, tecnológicas y legales.

Es un efecto en cascada, pues las necesidades de manufactura cambian de acuerdo con las condiciones macro estructurales de tendencias, enfatizó.

¿Por qué hay actualmente tendencias de optimización y materiales de aluminio en la industria automotriz? Porque se están implantando en Europa, es decir, los estándares de optimización, de kilometraje sobre combustible, vienen muy fuertes de Europa, ‘bajaron’ a Estados Unidos, y por eso están siguiendo esa estrategia de optimización de masa o de peso.

Entonces, explicó Amaya, los mapas de ruta tecnológica muestran el panorama, a fin de prever las condiciones que puedan hacer que se pierda una ventaja competitiva.

Éstas son tres de las ineficiencias más grandes que hay en una de las áreas donde se encuentra una gran cantidad de recursos  invertidos, como es la industria automotriz, y erradicarlas es vital para la longevidad de la empresa, “de lo contrario, la competencia logrará fabricar tu producto, al costo que tú lo haces y con mejor calidad”, concluyó.

VER VIDEO (DESARROLLO DE PROVEEDORES DE LA INDUSTRIA AUTOMOTRIZ):

https://goo.gl/iLOlHL

VER VIDEO (EXPO MANUFACTURA 20 AÑOS):

https://goo.gl/Q2jTSB

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