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Jun 12, 2017 Azael Cortes Capetillo Blogs, Disruptnation 1
La impresión 3D es una realidad y muy pronto será parte común de nuestras vidas. Será un complemento para los sistemas de producción más no un reemplazo, y su introducción no será de forma lineal, será de forma disruptiva.
MONTERREY, NL. (11/06/2017).- La manufactura aditiva se vislumbra como el futuro de la producción. Los diseños pasarán directamente a la impresión y finalmente nos desharemos del yugo de la manufactura sustractiva, es decir, de crear un producto a través de la sustracción de material, lo cual genera grandes cantidades de desperdicio en materia prima. Seremos más eficientes, más innovadores, más flexibles y más veloces para desarrollar productos, si lo imaginas, lo podrás imprimir.
Entre las tecnologías clásicas de impresión 3D encontramos SLS (Selective Laser Sintering), DMLS (Direct Metal Laser Sintering), Selective Laser Melting (SLM), EBAM (Electro Beam Additive Manufacturing) y SLA (Stereolitography), por nombrar algunos.
Hemos visto cómo se imprimen una variedad de polímeros, metales y materiales orgánicos en las formas más diversas imaginadas; impresoras que construyen casas capa por capa, súper autos impresos con materiales compuestos, turbinas de avión impresas en metal, órganos para trasplante impresos a la medida. Cabe recalcar que la tecnología de cada uno de estos productos es tan diversa como su resultado final, sin embargo, convergen al momento en que trasladan la información de un modelo numérico al mundo físico a través de un sistema de coordenadas.
La realidad de la impresión 3D
Adentrados en la impresión 3D, la realidad nos golpea de frente, y nos damos cuenta que las piezas, por lo general, no son funcionales, requieren re-trabajaos para lograr el acabado deseado, el tiempo de impresión es extenuante (una pieza de 10x10x10 cm puede tardar entre cuatro y 24 horas en imprimir, dependiendo de la tecnología de impresión y el diseño de la pieza) y los materiales no cuentan con las características mecánicas necesarias de un producto terminado.
Es común el uso de material de soporte, el cual será desechado en el producto final para apoyar la estructura principal que de otra forma quedaría flotando en el aire, e inevitablemente caería al piso. Estos aspectos hacen totalmente impráctico el reemplazo de los métodos de producción actual por procesos de impresión 3D.
Más aún, la impresión 3D no está completamente libre de desperdicio como se suele anunciar en el mercado.
Marshall McLuhan decía: “La primera versión de un nuevo medio busca imitar al medio que reemplaza”. Es como cuando recién inventada la proyección cinematográfica, las primeras películas imitaban ser una obra de teatro. Hoy en día, una película es totalmente diferente a una obra de teatro, los dos han evolucionado, los dos siguen en pie, y los dos han encontrado su posición en áreas diferentes, pero dentro de la misma industria.
El producir una película y limitarse solamente a lo disponible en una obra de teatro sería desperdiciar todos los beneficios y oportunidades que nos abre la cinematografía, de la misma manera, tratar de pasar una película a una obra de teatro sería, en la mayoría de los casos, técnicamente imposible. La cinematografía no pasó a reemplazar al teatro, sino que pasó a complementar la industria del entretenimiento.
Los primeros autos imitaban la funcionalidad de una carreta, incluso, esta es la herencia de los ‘caballos de fuerza’ como unidad de medida de poder de los autos, ya que era la forma en que la industria automotriz podía comparar y hacer comprender las ventajas de su nuevo producto. Actualmente, un automóvil es completamente diferente a una carreta, el diseñar un automóvil a semejanza de una carreta es totalmente ineficiente, de la misma manera que lo sería una carreta diseñada como un automóvil.
Las primeras computadoras imitaban la funcionalidad de una máquina de escribir, o de una calculadora. Hoy en día, las computadoras han abierto una gama inmensa de aplicaciones, dieron paso a los teléfonos inteligentes, al internet de las cosas y demás avances que aún seguimos descubriendo y adaptando a nuestras vidas.
De la misma manera, en la actualidad vislumbramos el uso de la impresión 3D para emular los productos y procesos actuales de producción en serie. La mayoría de los productos actuales no están diseñados para ser impresos en 3D, y necesitarán no solamente ser rediseñados, en algunos casos necesitarán ser re-imaginados completamente para dar cabida a todas las posibilidades que nos da la impresión 3D.
Evolución de la impresión 3D
Las tecnologías de impresión 3D siguen avanzando, recientemente el desarrollo del proceso CLIP (Continuous Liquid Interface Production) cuyos inventores claman que puede imprimir 100 veces más rápido que tecnologías clásicas, harán que la impresión 3D sea viable como modelo de producción en masa.
La impresión 3D es una realidad y muy pronto será parte común de nuestras vidas. Será un complemento para los sistemas de producción más no un reemplazo. Su introducción no será de forma lineal, será de forma disruptiva, creando productos que antes no existían o no estaban disponibles, potencializando productos que antes no eran viables, rediseñando aplicaciones y modelos de negocio.
Muchos de los productos actuales están limitados por los procesos de manufactura disponibles. Muchas industrias están atrapadas en estructuras y tecnologías de producción que han forjado durante años.
Los futuros disruptores emergerán de mercados previamente ignorados o de mercados inexistentes hace apenas una década; serán organizaciones ligeras, flexibles y veloces que no cargarán con esa pesada estructura de producción y manufactura con la que cargan las industrias actuales, y serán capaces de diseñar productos totalmente ideados para ser impresos en 3D y explotar la tecnología al máximo.
Cada quien, desde nuestra trinchera, nos debemos preguntar cómo sería nuestro producto si no tuviéramos límites de diseño ni fabricación, y empezar a idearlo para su impresión.
Acerca del autor:
Doctorado por la University of Leeds, Reino Unido, en Ingeniería, y Maestría en Diseño Sustentable de Producto por la misma institución; Maestría en Gestión del Diseño de Producto por la University of Liverpool, Reino Unido. Es Ingeniero Mecánico Administrador por la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL). Se especializa en el área de innovación y desarrollo tecnológico, actualmente trabaja para Katcon México como líder de proyectos de innovación. Su interés es en diseño de producto, desarrollo tecnológico y gestión de la innovación.
NOTA*
Para leer el texto completo, consulte nuestra edición de Mayo-Junio
Descargar PDF: https://goo.gl/SjQKcB
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